Carteles luminosos con referencias cinematográficas y musicales a la Movida Madrileña, junto con maniquíes y otros elementos vistosos invaden el pasaje de entrada al Hotel y su recepción, recibiendo al huésped en un ambiente desenfadado y festivo.
En la primera planta se situan las salas nobles con valor patrimonial. Estas resaltan por su acabado detallista y colorido junto a sus detalles dorados. Las suites pasan a ser espacios púeblicos y algunas habitaciones suites cuyo denominador común es el uso del dorado. En el diseño de la habitación nueva se vuelven a conjugar algunas de las referencias visuales ya mencionadas, pero con un nuevo objetivo: crear un espacio que invitara tanto al descanso como al juego.
El restaurante Las Chicas, Los Chicos y Los Maniquís posee un ambiente desenfadado, marcado carácter colorista y con grandes elementos gráficos de color. Además, escondido en el subterráneo del Hotel Axel, encontramos Bala Perdida Club, donde la mezcla de ambiente clandestino, oferta de cócteles y música, invita al público a disfrutar del espacio.
Descripción del proyecto por El Equipo Creativo
Introducción al Hotel Axel Madrid
Uno de los puntos de partida del diseño es la situación privilegiada del Hotel Axel en pleno Barrio de las Letras madrileño, hoy epicentro del ambiente más cosmopolita de la ciudad. Este barrio fue también un importante centro cultural durante el Siglo De Oro español, periodo de gran florecimiento del arte y la literatura, al cual el barrio le debe su nombre, y donde vivieron y escribieron sus literatos más ilustres como Cervantes.
Otro punto de partida es el palacete del siglo XIX en el que se sitúa el Hotel, donde sus salas nobles aún conservan elementos de gran interés patrimonial, techos extensamente decorados, intensos colores en paredes y barrocos detalles.
Siguiendo con las referencias al lugar, también juega un papel importante el Madrid más tradicional y popular y algunos de sus elementos visuales más reconocibles como la estética del toreo y la mantilla o la estética cañí en general.
Y por último, y para cerrar este extraño tándem, la explosiva filosofía detrás de la cadena de hoteles Axel, unos hoteles dirigidos al público LGBTQ, un espacio libre donde la diversidad sexual es bienvenida y promovida, y donde la diversión es una prioridad. Una filosofía que irremediablemente nos hizo pensar en otra de las grandes revoluciones culturales de la ciudad: la Movida Madrileña de los años 80. Esta colorida revolución contracultural trajo una nueva identidad modernizadora y liberadora a la ciudad, con Almodóvar y otros muchos personajes de la escena musical y artística como protagonistas.
Concepto
Desde el principio tuvimos interés en crear un diálogo divertido entre todos estos puntos de partida y periodos históricos tan importantes y antagónicos en la historia de la ciudad, de los que la calle Atocha había sido testigo.
El objetivo principal era crear un hotel donde se respirara una atmosfera de libertad y diversión con un punto “disruptor” y que invitara a todo tipo de público entrar en las zonas comunes del hotel para disfrutar de su oferta gastronómica.
Para conseguir esta atmosfera, la estrategia de diseño más importante es el uso del color, elemento que nos acompaña a través de todos los espacios del hotel, y el cual se aplica con un carácter y materialidad diferente en cada zona.
Espacios comunes
Carteles luminosos con referencias cinematográficas y musicales a la Movida Madrileña, junto con maniquíes y otros elementos vistosos invaden el pasaje de entrada al Hotel y su recepción, recibiendo al huésped en un ambiente desenfadado y festivo.
La introducción de textos, palabras y frases en forma de luminosos y neones hace referencia al pasado literario del Barrio de las Letras, pero con mensajes y guiños más populares. Es precisamente en el patio de luces del edificio donde estas “literaturas populares” toman mayor protagonismo y suben por el patio como eco de las voces teatrales de las “Corralas de comedias” del Siglo de Oro.
Salas nobles
En la primera planta es donde se situaban las antiguas salas nobles del edificio, de gran valor patrimonial y con una gran variedad de acabados y colores. Existe en todas ellas un denominador común que son los detalles dorados en sus paredes, techos y artesonados.
Suites
La propuesta actual convierte algunas de estas salas en salones públicos y otras en habitaciones suites, enfatizando en ambos casos ese denominador común, el dorado, que será el color de todas las nuevas piezas de mobiliario en estos espacios.
Habitaciones nuevas
En el diseño de la habitación se vuelven a conjugar algunas de las referencias visuales ya mencionadas, pero con un nuevo objetivo: crear un espacio que invitara tanto al descanso como al juego.
En su diseño se mezclan referencias visuales a la estética del mundo del toreo y mantilla, con un punto sexy. Dos grandes cortinas como protagonistas, rosa capote la una, negro translucido con textura de mantilla la otra, rodean la cama y permiten transformar la habitación según la hora y, porque no, también el humor. Una luz de neón con mensajes directos y guiños a la cultura popular completa la escenografía juguetona.
Pero también para los que buscan descanso, la habitación permite, gracias a su elegante azul intenso y sus maderas un rincón de calma y tranquilidad en el bullicioso Barrio de las Letras.
F&B áreas del hotel
El Hotel Axel y su Food & Beverage ofrecen un ambiente libre y divertido que invita al público a disfrutar del hotel y sus áreas públicas.
The Restaurant: Las Chicas, Los Chicos y Los Maniquis (The Girls, The Boys and the Mannequins)
El restaurante Las Chicas, Los Chicos y Los Maniquís, de ambiente desenfadado, marcado carácter colorista y con grandes elementos gráficos de color, con referencias a la Movida madrileña es uno de los espacios F&B del Hotel Axel Madrid. Puede encontrar más información en la presentación de prensa “Las Chicas, Los Chicos y Los Maniquís”.
Lo que originalmente era la entrada al edificio para los carros tirados por caballos es hoy la entrada al hotel y divide la parte más pública del restaurante en dos habitaciones. Ambos espacios se diseñan bajo el mismo concepto: una atmósfera despreocupada con un carácter claramente colorido que emplea grandes elementos gráficos de color con referencias a la "Movida Madrileña" y al universo visual creado por Almodovar, el conocido director de cine español.
El nombre del restaurante "Las Chicas, Los Chicos y Los Maniquies" fue precisamente el título de una de las canciones que acompañaron a la "Movida Madrileña" y cuyas letras siguen siendo parte de nuestra cultura popular actual.
Los personajes principales de este colorido universo son las dos grandes barras rojas que presiden las dos salas. Durante toda la mañana, funcionan como mesas de bufet para el desayuno y un snack bar y bares de cerveza, al más puro estilo de Madrid, durante el resto del día.
Otro elemento importante de la cultura popular de Madrid son las tiendas clásicas del vecindario con sus anuncios de ventanas grandes, nombres atractivos y ofertas increíbles. Fajas, sombreros y maniquíes elaborados llenan algunos de los escasos escaparates que aún quedan en esta parte de la ciudad. Por extraño que parezca, Atocha Street ha logrado mantener intactas algunas de sus tiendas más clásicas, a las que el diseño quiso rendir un homenaje sincero que llena el espacio con grandes carteles luminosos con atractivos nombres comerciales.
En la parte inferior del hotel, el restaurante tiene tres pequeños comedores interconectados donde, una vez más, el color es el elemento principal indiscutible. Cada habitación logra su propia personalidad mediante el uso de un solo color: rojo, verdoso y rosa. Sus paredes cubiertas de textiles, así como las opciones cromáticas, buscan hacer referencia a las habitaciones nobles de las casas palaciegas del siglo XIX.
El Club Nocturno: Club Bala Perdida
Escondido en el metro del barrio madrileño "Barrio de las Letras" (hoy un punto neurálgico de la ciudad), en un palacio reformado del siglo XVIII donde se encuentra el Hotel Axel Madrid, se encontraron dos espacios abovedados construidos en ladrillo. Es en este lugar provocativo y secreto, donde se encuentra el Club Bala Perdida (Bullet Perdida).
Los arquitectos tenían dos locales principales de diseño. Por un lado, la singularidad del espacio existente, con dos bóvedas oscuras subterráneas construidas en ladrillo, como antiguas cuevas o bodegas. Por otro lado, el lugar propuesto, un club nocturno que debería tener la versatilidad de funcionar como snack bar y coctelería, donde se produciría una rápida mutación en algún momento de la noche y el escenario general cambiaría rápidamente de una atmósfera cálida a una Pista de baile lisergica.
Esta necesidad de transformación y ese tipo de atmósfera clandestina les hizo pensar en un espacio con una relación cercana al misterio donde no podían omitir la magia y las ilusiones ópticas.
El aspecto clave del proyecto fue el uso de dos elementos protagonistas.
Primero, los espejos, que se colocaron en ambos extremos de cada bóveda, producen una ilusión óptica conocida como el "espejo sin fin". Cuando se enfrentan a dos espejos, el reflejo de uno en el otro hace que la imagen reflejada, la imagen de la bóveda, se vuelva infinita. Estos efectos hacen que las bóvedas se conviertan en infinitos túneles.
El otro punto a destacar es la iluminación cambiante. Por eso, la luz y el color son los principales protagonistas del proyecto.
En el eje de las dos bóvedas, los diseñadores propusieron dos lámparas led dinámicas y longitudinales colocadas entre los paneles acústicos suspendidos que cambian la velocidad y el color en función de las diferentes escenas del lugar. Además, la barra de bebidas funciona como una lámpara en sí misma, proporcionando una luz cálida en tonos de fuego que sirve de base para las luces lúdicas en las superficies de las bóvedas.