La estructura juega con una apariencia contradictoria de delgadez y grosor, ingravidez y pesadez, dependiendo de cómo se mire. Su voluminosa presencia se manifiesta como una reconciliación de los motivos del paisaje y el espacio intenta recordar una atmósfera misteriosa y existencialista.
Descripción del proyecto por Atelier Tomas Dirrix
El proyecto para un pabellón de espectáculos en el Festival de Artes y Música de Horst se inspira en la arquitectura antigua de celebraciones míticas e hitos espirituales. El simple hecho de poner un gran techo flotante transforma un corte cuadrado de hormigón en un terreno que se transforma en una pista de baile y un escenario central para sonidos experimentales y representaciones artísticas. La estructura juega con un aspecto aparentemente contradictorio de delgadez y grosor, ingravidez y una imagen de pesadez.
Concebida a partir de una economía de medios, la idea del pabellón se basa en lo que físicamente ya existe. Un pozo hundido, una antigua base de un buque tanque militar, se convierte en un anfiteatro.
Dos grandes árboles existentes, junto con sus ramas podadas, se utilizan como columnas orgánicas en una disposición radial. Tanto los árboles como sus vástagos están revestidos de arcilla, camuflando su naturaleza y origen en la ambigüedad.
Los troncos sostienen un techo inflado que consta de dos capas delgadas de tela, que solo introducen un mínimo de material recién obtenido en el sitio. El principio constructivo utiliza la presión del aire y cuerdas para hacer un cuerpo rígido que abarca más de 20 metros de distancia. Las tolerancias en la tensión tanto de la cuerda como de la tela dan un grosor de 5 metros en el medio, permitiendo que el agua de lluvia drene a sus lados.
La forma del techo sigue el descenso del terreno, y su presencia baja y voluminosa se manifiesta como una reconciliación de dos motivos paisajísticos. Debajo, los visitantes descienden para reunirse y bailar en el medio, cerca del vientre del techo. El espacio, hecho de tela y palos como una tienda de campaña, trata de recordar un sentido misterioso y existencialista del espacio, más bien como una tumba, un templo o una cueva.