Este proyecto de
Descripción del proyecto por Massimo Mazzone
En la ultima década hemos asistido a interesantes experimentaciones en ámbito arquitectónico que se sirven de módulos containers para la recualificación de espacios públicos y la realización de espacios comerciales y espacios temporales.
El contenedor siempre ha sido ligado al imaginario industrial, vinculado al transporte naval y ferroviario y, a veces, usado también como “casa provisional” en casos de catástrofes humanitarias. Últimamente, por otra parte, una área del arquitectura más radical, implicada con la autoconstrucción y en continua búsqueda de nuevos alfabetos - como en el caso de Shigeru Ban, Santiago Cirugeda, Luca Stasi (Ctrl+Z), o Lot-Ek,- ha restituido al container una nueva dignidad. De refugio de emergencia o recurso industrial, se ha convertido en un excelente modulo constructivo, símbolo, también, de una renovada sensibilidad ecológica.
La Fabbrica del Sole de Arezzo (Italia), por ejemplo, es una empresa lider en la investigación sobre la energía renovable y ha realizado muchos proyectos sirviéndose de módulos para vehicular la energía off grid. El container, entonces, es un elemento capaz de marcar aquel territorio donde arquitectura y ecología (también social) se cruzan.
También el proyecto tunecino
Mas allá de la exposición, resulta muy interesante la sintaxis arquitectónica de los elementos modulares desmontables, que crean un recorrido dinámico y rítmico, recordando un desarrollo espacial de tipo neo constructivista.El dialogo espacial se va a mostrar cerrado y está intensificado por la relación entre interior y exterior, ya que elementos como terrazas y escaleras parecen compenetrarse con el entorno y el paisaje de Cartago.
Este proyecto, además, está diseñado de manera tal que puede ser desmontado y resemblado en muchos otros lugares y por futuras exposiciones itinerantes, gracias a su conjunto modular; puede considerarse como un museo prêt-à-porter que va de la mano con el sentido más amplio de tacit knowledge/transfer.