Utilizando tonos rosas para la realización del hormigón (obtenido por pigmentación de óxido de hierro hematita) y arcos de medio punto tallados, que diluyen la masividad de los volúmenes creados, los arquitectos consiguen perfilar esta marcada trascendencia visual.
Funcionalmente la volumetría marca el programa. El acceso principal se ubica en la zona de menor altura del edificio, ofreciendo amplias aperturas sobre el paisaje. El proyecto incluye 3 grandes salones polivalentes, con diferentes alturas, pensados para albergar programas cambiantes con una capacidad para más de 750 personas. Además cuenta con una cocina para dar respuesta a grandes eventos.
Descripción del proyecto por Tracks Architectes
Contexto
El nuevo Centro Cultural de Moréac está situado cerca del centro de la ciudad en un entorno ajardinado que contiene las principales instalaciones de la ciudad (pabellón deportivo, grupo escolar, sala cultural). Este generoso emplazamiento, marcado por su topografía, ofrece un marco excepcional para el nuevo complejo de salas festivas.
El proyecto, apoyado por el municipio, responde a las nuevas necesidades de la ciudad de Moréac en fuerte crecimiento.
El proyecto incluye 3 grandes salones polivalentes que pueden acoger hasta 750 personas sentadas simultáneamente y una cocina profesional que sirve hasta 600 comidas. La versatilidad de los espacios permite proponer diversas actividades necesarias para las necesidades del municipio: conciertos, teatro, danza, bodas, eventos, etc.
Concepto
El equipamiento está orientado hacia el gimnasio en el norte, la zona de aparcamiento entre estos dos programas permite la distancia de los dos programas y ofrece una generosa plaza que conduce a la entrada del complejo. El carácter verde del entorno se acentúa frente a la materialidad mineral del edificio; las fachadas de hormigón rosa, matizadas en la masa, apoyan la presencia del proyecto en el paisaje por contraste.
La volumetría general del edificio consta de dos entidades principales. Estas dos naturalezas geométricas señalan la organización interior de los espacios y sus funciones. Un primer volumen bajo situado frente al pabellón deportivo señala la entrada al complejo, su baja altimetría ensambla la geometría de las salas del fondo. En el fondo, destaca una segunda identidad: tres volúmenes en fila ascienden de este a oeste. Estos volúmenes simbolizan los generosos y majestuosos espacios principales, son espacios que se abren al paisaje.
Para afirmar la presencia del proyecto en el paisaje, la materialidad del edificio es homogénea y continua en todas las fachadas. El proyecto cuenta con tonos de hormigón rosa, obtenido por pigmentación de óxido de hierro hematita, se afirma y revela su presencia en el paisaje. La nueva sala polivalente es lo siguiente: un volumen tallado, enclavado en su entorno vegetal. La masividad del volumen creado se perfila entonces, ahuecada en sus entrañas. Los arcos de medio punto tallados acentúan y puntúan los muros cortina acristalados. A continuación, se perfilan las bandas horizontales de los vestíbulos y la entrada, ofreciendo amplias aperturas sobre el paisaje, protegidas de la luz solar directa por las altas masas de la construcción.