El edificio cuenta con dos plantas, en la primera aparecen los espacios de servicio a lo largo de un eje principal de usos mixtos, en la segunda se sitúa una oficina privada y un espacio de uso libre.
El material sobrante, tras la perforación en los contenedores para generar los grandes ventanales, fue reutilizado para la construcción de la cocina, los baños y el asador, un proceso que reduce los desperdicios y en un proyecto circular y sostenible.
FLIA por Jarq. Fotografía por Federico Cairoli.
Descripción del proyecto por Jarq
Contenedor de envío multiusos.
Imaginamos un lugar que albergara exposiciones, instalaciones, eventos, programas culturales y talleres de diferentes campos para fomentar el talento y la cultura local: artes visuales, artes digitales, arquitectura, diseño, fotografía, etc.
Esa fue nuestra idea. Abrimos en febrero de 2020. Todo estaba listo… Pero había que hacer cambios. Nuestro estudio de arquitectura, que originalmente estaba previsto ocupar sólo el 20% del espacio, se hizo cargo de casi todo el edificio.
Alquilamos un terreno baldío hasta 2026 en un barrio pequeño y poco conocido de la ciudad, Ducasse, la cual se ubica en la zona alta de la ribera norte del río Suquía. En consecuencia, el lote tiene una vista imponente de la ciudad, característica única que quisimos explotar y resaltar en nuestro proyecto.
FLIA por Jarq. Fotografía por Federico Cairoli.
Realizamos el proyecto con contenedores, lo que significaba que el 90% del edificio —y por tanto de la inversión— sería reubicable o capitalizable. Por utópico que parezca, lo recibimos una mañana y, si fuera necesario, desaparecería en una semana.
FLIA cuenta con dos plantas: en el primer piso las áreas de servicio (cocina, depósito y baños) se disponen en un bloque paralelo a la medianera del lote, liberando el espacio central y permitiendo un uso flexible semicubierto para eventos, reuniones, exposiciones, o simplemente un simple almuerzo.
El segundo piso da paso a los contenedores, donde se encuentra un módulo que sirve como oficina privada y un espacio de uso libre (4 módulos unificados), revestido en madera, donde la vista es nuestra protagonista.
FLIA por Jarq. Fotografía por Federico Cairoli.
Hubo que reducir y aprovechar al máximo el material: con el sobrante de los contenedores que conforman el segundo piso se construyó la cocina, los baños y hasta el asador. Este sistema también fue proyectado para moverse fácilmente a cualquier ubicación según sea necesario.
Las paredes están atornilladas entre sí y al suelo, y están formadas por paneles de chapa procedente de contenedores de transporte reciclados, aislamiento y acabado interior.
Flia se despliega hacia la ciudad y el barrio. El retranqueo del edificio interrumpe la línea municipal consolidada existente en la manzana.
FLIA por Jarq. Fotografía por Federico Cairoli.
En un espacio verde inclinado, sobre el que se eleva la escalera de entrada, el edificio se retrae y se eleva, proporcionando un espacio abierto al barrio, del que los niños y los perros se apropian constantemente. Y la verdad sea dicha: eso nos encanta.
Al mismo tiempo, este retranqueo y pendiente aporta «privacidad» a la primera planta, donde la fachada es totalmente traslúcida. Por eso, en este nivel también hemos aprovechado las vistas, generando un espacio semicubierto para reuniones, tertulias o relax.