Al ser usada como casa de verano, y en virtud de la bodega instalada en la fachada posterior, el diseño del edificio está orientado en función de la geometría de la Kellerstöckel (casa de vino) típica de la región del sur de Burgenland.
La bodega, diseñada por Judith Benzer, dispone de cuartos para el almacenamiento del vino y su producción, las habitaciones para uso residencial están en la primera planta. La bodega ha sido ejecutada en hormigón armado. La planta baja y primer piso se construyen como una pieza de madera pura. En este caso, los elementos no disimulados de madera natural se utilizan no sólo en sus funciones estructurales, sino también como elementos de diseño. Como contrapeso, la madera empleada a gran escala, se encuentra frente a frente con el hormigón a la vista y el acero. Los materiales están conscientemente sin tratar, disimulados; en su combinación, forman un ambiente homogéneo.
Como la casa de verano no está habitada durante los meses de invierno, se ha diseñado una piel en madera de larix que permite cerrar todo el edificio al completo cuando no se usa. Durante los meses de invierno la casa esta deshabitada, situandose en el paisaje discreta y escultórica. Con el fin de lograr este objetivo, se desarrollan persianas plegables que, cuando se cierran lo hacen a ras de la fachada dando la sensación de que todo el conjunto es cubierto con un manto continuo. En el verano, las persianas trabajan contra el sobrecalentamiento estival: cuando se abren , como cubiertas. Los bordes cortantes de la geometría están formados por placas en esquina de cobre.
La zona de la terraza, también se diseña como una pieza que parece ser la proyección de una especie de sombra del edificio, un manto que lleva el interior también al exterior.