Se pretende mantener los materiales preexistentes originales del edificio agrengándole nuevos materiales y colores como el hormigón en la fachada o las baldosas color verde en el suelo, las cuales se camuflan con el entorno a pesar de crear un constraste entre ellos.
Descripción del proyecto por depA architects
La pequeña y preexistente casa de Matosinhos pertenece a un grupo de edificios parecidos que perpetúan la memoria y la identidad de la ciudad. La forma alargada de la propiedad contrasta con las dimensiones de la casa, corta y estrecha. Cuando la visitamos por primera vez, la casa ya estaba desinhibida y su edificio principal se extendió hacia el patio trasero a través de varios y consecutivos anexos con cuartos diminutos e interiores sin iluminación natural ni ventilación. Para mantener viva la memoria que guarda la casa, mantuvimos su edificio principal aunque creamos los cambios necesarios en su organización.
Desde la entrada marcamos el eje compositivo principal que atraviesa la casa en su profundidad. La nueva construcción del patio trasero se encuentra alrededor de dos patios que mantienen todos los espacios sociales en clara relación entre sí y con el jardín exterior. Por lo tanto, los espacios verdes participan directamente en el entorno del edificio y también se extienden al techo verde sobre la construcción serpenteante en el patio trasero. En el primer piso se ubican los espacios privados de la casa. Incluso si estuvieran colocados en un piso separado, su acceso es un entrepiso perforado y en relación con los espacios en el piso inferior y puntuado por aberturas que permiten vistas transversales y acentúan la profundidad de la composición.
De forma constructiva, se mantuvieron las técnicas y materiales existentes del edificio principal y, al mismo tiempo, se asumieron nuevos elementos de hormigón en la nueva ampliación. A pesar de ello, existe una contaminación de colores y materiales entre lo preexistente y lo nuevo, haciendo del edificio un organismo vivo. El hormigón aparece en la fachada principal debido a los ajustes necesarios para crear una entrada al garaje, sin embargo aparece como un mimético de la tectónica existente. El color ocre del suelo arcilloso de la propiedad migra al yeso de los muros circundantes y al pigmento del piso de cemento en toda la planta baja. El color verde, inicialmente solo en las baldosas existentes en la fachada principal, se trasladó a las nuevas baldosas pero también a las fachadas del patio trasero y a las carpinterías interiores que atraviesan todos los espacios.