Hanghar nos invita a contemplar las posibilidades que el uso de materiales de otras industrias tiene en la producción de nuevas realidades domésticas mediante la realización de una reforma que convierte un interior de un apartamento en una habitación-armario, un lugar que se comprime en una estructura mínima más cercana a un mueble que a una habitación.
Con materiales que reflejan la luz amplificando el espacio, el apartamento se interviene dejando libre una parte que deja de contener la idea de intimidad para abrirse aséptico a cualquier cosa que ocurra en él, conteniendo una serie de elementos que revelan lo que llevan, permitiendo comprender la función de cada espacio.
Studiolo por Hanghar. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
Descripción del proyecto por Hanghar
Studiolo es una investigación sobre la idea de la habitación privada. El concepto de una habitación, aunque aparentemente omnipresente en la arquitectura, a menudo se da por sentado tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestros esfuerzos arquitectónicos. Como habitantes y arquitectos, nos involucramos inherentemente con las habitaciones, diseñándolas y habitándolas sin mucha contemplación. En esencia, si la arquitectura tiene como objetivo dar forma al espacio, entonces la habitación emerge como la manifestación más inmediata de este esfuerzo.
El proyecto consiste en la renovación de un apartamento existente de la década de 1970 ubicado en Madrid. Tiene vistas a un convento del siglo XIX, ofreciendo vistas despejadas del horizonte de la ciudad a través de sus grandes ventanales.
El diseño original del apartamento se vacía para introducir una nueva pieza autónoma en su interior: una habitación-armario verde oscuro que se asemeja a los «studiolos» o salas de estudio italianas del siglo XV. El término italiano «studiolo» se refiere a la habitación privada que muchos humanistas del Renacimiento tenían para el retiro y la reflexión, para su dedicación a la investigación intelectual y la contemplación artística, nun espacio doméstico que emerge de la realidad y opera en el límite con la ficción. Un lugar para retirarse del bullicio de la vida cotidiana.
Construido completamente en MDF crudo, el studiolo se comprime en una estructura mínima y compacta, más cercana a un mueble que a una habitación, liberando el resto del apartamento en un espacio vacío, aséptico y abierto listo para cualquier cosa que ocurra en él.
El studiolo también contiene las pertenencias del habitante en una serie de armarios que revelan lo que llevan, como electrodomésticos de cocina, paneles técnicos, mercancías o ropa de cama.
Materialmente hablando, el proyecto es una exploración de las posibilidades que el uso de materiales de otras industrias tiene en la producción de nuevas realidades domésticas. El suelo está cubierto de suelo de goma Pirelli, comúnmente encontrado en entornos industriales, mientras que el techo se resuelve con perfiles de acero galvanizado desmontables utilizados en espacios de oficina. Ambos materiales reflejan la luz, amplificando el espacio.