La fuerza cromática de la gran carpa roja es el elemento que caracteriza en el proyecto dejando los muros de color azul y detalles estructurales cubiertos por un material de color amarillo en un segundo plano.
Verbena por HANGHAR y estudio DIIR. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
Descripción del proyecto por HANGHAR & estudio DIIR
VERBENA es el nombre de la propuesta. Una propuesta que apuesta por la apertura y, sobre todo, por la interacción de sus visitantes.
VERBENA reivindica lugares de interacción que, por un lado, imaginen nuevas formas de relación, pero por otro, recurran al imaginario colectivo del Mediterráneo lleva en sus adentros. Un espacio donde el folclore y la contemporaneidad tengan cabida. Una manera de abordar un futuro que a la vez que es incierto, ha de ser colaborativo, solidario y festivo, como la esencia más intrínseca del pueblo mediterráneo.
La puesta en escena es concebida a través de una gran carpa roja. Un elemento asociado a la festividad popular, a lo efímero. Su presencia traspasa los límites del recinto y genera un halo de misterio que invita al usuario a descubrir su interior. En él se recrea una atmósfera de connotación ferial donde los usuarios se concentran y disfrutan del momento como si de una verbena se tratara. Un espacio que por fin huye de restricciones y que se colmata por medio de una serie de dispositivos que combaten el reciente aislamiento al que nuestra sociedad se ha visto sometida. El banco, la barra, la mesa, el pórtico... Todos ellos elementos recuperados de nuestra tradición popular y cuyo fin reside en imaginar escenarios donde el transcurrir del tiempo no puede ser entendido sino a través de la celebración y la vida en comunidad.
Frente a la disputa y el desconcierto que reina en nuestros días, VERBENA aborda este reto como la oportunidad de afianzar una red de alianzas. Si bien los grandes océanos representan la hostilidad, las calmadas aguas del Mediterráneo reflejan amabilidad. Esa invitación a la pausa y la reflexión es lo que persigue este espacio. El deseo por construir un futuro coherente y respetuoso pasa por el diálogo de sus participantes, y es en esa experiencia temporal, donde la celebración de la vida adquiere sentido.