
En el proyecto de Centro de Colaboración Arquitectónica, la fachada, los materiales y los interiores siguen las normas de modulación que impone la estructura. El módulo delantero se divide en dos y el trasero en tres; esta última división se extiende hasta las plantas subterráneas para configurar las plazas de aparcamiento.
Los materiales escogidos, todos ellos seleccionados para complementar el hormigón, siguen una gama cromática reducida. Los suelos de piedra en aseos, circulaciones y terrazas, y de madera en habitaciones, se combinan con las paredes y carpinterías en tonos claros. El mobiliario, sin sobreponerse al resto de la paleta, cuenta con detalles en pintura que destacan sobre el conjunto.

Oaxaca 88 por CCA. Fotografía por Ricardo de la Concha, cortesía de CCA Centro de Colaboración Arquitectónica e IP Studio.
Descripción del proyecto por Centro de Colaboración Arquitectónica
El edificio Oaxaca 88 se encuentra entre dos grandes espacios públicos muy importantes de la Ciudad de México: la glorieta de la Cibeles y el parque España, en la colonia Condesa. Dentro de un contexto urbano vibrante y fuertemente arbolado.
Ubicado en un predio de 27 m por 15 m de forma irregular, el proyecto se desplanta bajo un esquema de dos volúmenes interconectados por el núcleo de circulaciones verticales.
El programa plantea 26 unidades de vivienda pequeñas, que van desde los 38 m² el más pequeño, hasta los 117 m² el más grande y único penthouse, el rooftop y un local comercial al costado del acceso peatonal y vehicular.

Por la naturaleza del terreno lo primero que se plantea es la separación de dos volúmenes, uno al frente y otro en la parte posterior, unidos por el núcleo de circulaciones verticales. Esto ayuda a generar unidades orientadas al norte y otras con orientación sur.
El edificio respeta fuertemente una modulación que es regida por la estructura y se ve reflejada en el resto del proyecto: materialidad, interiores y el tratamiento de las distintas fachadas.
La fachada norte y principal se divide en dos, delatando la distribución interna de las viviendas y resultando en dos cartelas de hormigón, el detalle principal que destaca como una gran buña en la fachada. Del lado posterior la modulación cambia a tres, lo cual permite, desde el sótano, separar claramente cajones de estacionamiento, hasta en los siguientes niveles ordenar las tipologías más pequeñas. Esta trama de distribución hace que el proyecto sea claro tanto en planta como en alzado.

En cuanto a la materialidad el hormigón aparente es el motivo principal desde el cual se orientaron el resto de los materiales.
En el interior, se utiliza una paleta reducida que busca, en su esencia, la atemporalidad: suelos de madera en habitaciones y estancias, piedra natural en tonos grisáceos para baños, circulaciones y terrazas y muros blancos.
Las carpinterías son de madera clara y en varias de las tipologías un mismo mueble resuelve múltiples necesidades, como el armario que es a la vez el mueble de la televisión. Cada tipología se acentúa con detalles en color.

Al exterior, como complemento cromático al hormigón, se le suma la herrería de un color verde que se funde con el gran árbol hacia el que vive la fachada principal.
La fachada se complementa de una cancelería que te permite abrir en su totalidad y dar paso del exterior al interior de la vivienda.
Es a través de sus atractivos balcones y grandes terrazas que el edificio se siente inmerso en la ciudad; en un contexto que enriquece al proyecto en todos los sentidos, desde la vegetación que se mete desde la calle, hasta la privilegiada vista del contorno urbano de Avenida Paseo de la Reforma, donde se alcanzan a ver los edificios más altos e importantes de la ciudad.