La Torre DC 1 de Dominique Perrault nuevo techo en Austria

Descripción del proyecto por los arquitectos, Dominique Perrault

Torre DC 1

Cuando un arquitecto ofrece un edificio siempre es un momento muy emotivo, marcado por el fin de un largo proceso de transito, desde la fuerza inicial de los primeros bocetos hasta la definición precisa in situ de los detalles finales. Un actor, en un tiempo, en el interminable desarrollo de los territorios, el arquitecto sale de la escena para entregar el control del proyecto sobre el que ha estado trabajando. Este es el momento en el que se pasa del estado conceptual de la ideas en la arquitectura, a su fundamentación física y real.

En Viena, estos sentimientos no solo se magnifican por el carácter icónico y extrema visibilidad de la Torre DC 1, sino también por la historia que me une al proyecto. Comenzó hace doce años, en 2002, cuando WED celebró un concurso internacional para el desarrollo de la última sección restante de Donau City, y una historia que continúa escribiéndose.

Desde el principio, el proyecto ofreció un sitio con un potencial increíble: un terreno abierto, frente a la Imperial de Viena, incrustado en la geografía del Danubio, situada en una meseta en la orilla oriental del río, como una cabeza de puente para las dos Vienas. Pero el sitio no era un territorio virgen, como en otros proyectos anteriores habían sido ideado para la intervención. Fue una conceptualización "ya está ahí", hasta una  virtualidad completamente fascinante.

Desde el inicio, lo que activó mi interés más en este sitio fue la cabeza de puente con el resto del distrito Donau City, con las riberas de los ríos, sino también las condiciones para dar vida a un espacio público en una explanada. Nos aprovechamos de esta situación para diseñar una puerta de entrada real a Donau City. Invirtiendo los objetivos de los proyectos de desarrollo anteriores previstas aquí, las especificaciones de WED pidieron un programa decididamente de uso mixto, una condición indispensable para generar la vibración urbana contemporánea que proponíamos crear en y alrededor de las torres.

Las torres funcionan como dos piezas de un gigantesco monolito que parece haberse dividido en dos mitades desiguales, que se abren para crear un arco con fachadas ondulantes y brillantes que traen al espacio público de nueva creación la vida en el vacío creado allí. Bailando en su plataforma, las torres están orientadas ligeramente hacia el río para desplegar un diálogo con el resto de la ciudad, sin dar la espalda a nadie, ni a la histórica, ni la nueva Viena.

Ahora, la primera de las dos torres está inaugurada y el resultado es bastante sorprendente, sobre todo gracias a la inestimable colaboración de la oficina de arquitectura de Hoffmann-Janz. Las cualidades visuales de la fachada plegada crean una nueva forma de leer el horizonte de Donau City, sus ondulaciones señalan el punto de entrada de esta nueva polaridad. Los pliegues contrastan con el rigor de sensatez de las otras tres fachadas, creando una tensión que electrifica el espacio público en la base de la torre.

Los pliegues de la fachada dan a la torre un carácter líquido, inmaterial, una maleabilidad adaptandose constantemente a la luz, un reflejo o un evento. Para los espacios interiores, en cambio, con Gaëlle Lauriot - Prévost, el diseñador asociado, hemos tratado de hacer el edificio muy físico y presente. La estructura no se oculta, no se esconde al ojo. El marco de hormigón a la vista es palpable. Piedra y metal usados en espacios y circulaciones contribuyen a la generosa y tranquilizadora fisicalidad de la torre.

Hemos tratado de evitar una tendencia en la producción arquitectónica contemporánea a ocultar el verdadero trabajo del arquitecto, de la costura, la sutura del proyecto y la contextualización y el anclaje en el medio ambiente. El diseño emerge en una fase posterior. Torres flotando por encima del suelo son muy nitidos, como objetos arquitectónicos, objetos en sí mismos. Tienen que aterrizar, echar raíces en el suelo de las ciudades, en los lugares donde se encuentra la sustancia urbana. El objetivo es conseguir la horizontalidad de base de la ciudad y el espacio público para que coincidiera con las trayectorias verticales.

El trabajo en la base y sotanos de la Torre 1 DC fue muy estimulante. Las propuestas arquitectónicos determinan la relación de la torre con el suelo. En la fachada posterior, el espacio público se eleva desde el nivel de la explanada en una serie de pasos escalonados para llegar a la superficie de referencia. Esta estructuración de la topografía lanza la torre y crea una interfaz espacial accesible a todos, por lo que la aparición de un objeto físico la hace posible y aceptable.

En las otras tres fachadas, parasoles metálicos aumentan gradualmente desde la base de encuentro, suavizando la violencia de la erupción y la mezcla de la ciudad y el movimiento hacia el futuro de la torre. Una importante labor en la periferia del barrio queda por hacer para revelar las características geográficas de este paisaje urbano y un mejor aprovechamiento de la orilla del río.

Con esta primera torre la ciudad de Viena ha demostrado que la aparición puntual y controlada de edificios altos puede participar en la creación de la ciudad y producir, rendimiento de alta energía económica contemporánea con edificios de uso mixto adaptados a los requerimientos de la actividad metropolitana y estilos de vida.