La vivienda se desarrolla en torno a dos patios; el primero acoge la llegada y organiza las sombras, el segundo se abre al sol y al paisaje. Todos los espacios se conforman según su relación con estos patios y con la vista excepcional del río y de las montañas que lo rodean.
El espacio principal, el salón, se abre al paisaje mediante una gran cristalera; otros espacios permiten realizar diversas actividades contemplando la relación con el paisaje. Los interiores combinan materiales y sombras de la Alcarria con una arquitectura abierta y luminosa que incorpora materiales del lugar para llegar a una arquitectura de lo esencial, con acabados brutos, poco tratados, dialogando con su esencia como materiales.
Descripción del proyecto por Arquitectura al descubierto
Villa Icaria, recordando la propuesta utópica de Étienne Cabet, busca establecer una nueva relación entre campo y ciudad, creando un lugar de encuentro, una oportunidad para llenar de nuevo el medio rural con las actividades urbanas contemporáneas. Sus volúmenes se entrelazan con la naturaleza a orillas del Tajo. Sus sólidos y cavidades describen esa doble cualidad. La piedra, el organicismo rural y la sombra, dan paso al vidrio, la luz y el espacio sincrónico.
La planta del edificio despliega dos abrazos, a quien llega y a quien habita, generando un pequeño pueblo articulado en torno a dos patios-plazas. Estos volúmenes alternan espacios interiores de dos tipos: aquellos que son atravesados por el paisaje y los que se resguardan en el interior de los volúmenes pétreos, capturando fragmentos visuales.
Toda la construcción es obra de albañiles locales y se han primado los materiales del lugar en esta vuelta a lo esencial, los acabados son brutos: las bovedillas vistas de hormigón, los enfoscados rústicos de las paredes interiores y los suelos de hormigón pulido conectando con las lógicas de lo rural.
Permeabilidad, continuidad espacial e intimidad se suceden. La vivienda pretende, en definitiva, ofrecer una alternativa a la urbe, pero ligada a ésta; un lugar de retorno a los orígenes, creando un refugio donde desarrollar la actividad tecnológica hiperconectada del siglo XXI.
El proyecto recoge distintas intenciones -búsqueda de las mejores visuales del rio, conservación de los árboles existentes, sostenibilidad, autosuficiencia- hasta configurar un todo con sentido.