I. Formación e influencias
«Entré en la School of Arts and Crafts de la ciudad de Oxford, que tenía un departamento de Arquitectura. Esta escuela adquirió cierta fama posteriormente debido a los arquitectos que se formaron allí. Lo pasé maravillosamente bien. La mitad de la carrera la hice con mucha facilidad».
Pablo Palazuelo
En este apartado se abordan los dos proyectos que ilustran los periodos iniciales de la obra de Palazuelo. Por una parte, se reconstruye su viaje formativo a través de la narración gráfica que permiten los trabajos y proyectos conservados durante sus estudios de arquitectura en Oxford (1933-36). Configura un periodo donde se consolidaron los conocimientos iniciados años antes, cuando cursaba su preparación para el ingreso en la Universidad de Madrid, y durante el que adquirió los conocimientos, instrumentos y recursos gráficos que implementó en su extensa producción.
Hotel en la calle Princesa, Madrid 1961. Palazuelo, Aguirre y Melgarejo, Deluxe Hotel Building. Preliminary Plans. Structure, 1961. Tinta sobre papel vegetal 47 x 59,4 cm. Cortesía de Fundación Pablo Palazuelo.
II. Cerramientos habitables
«Hay una atención importante al proceso (…). Creo que existe una relación a cierto nivel, (…) del pintor que pinta, o del escultor que talla, sin embargo próximo a la escultura actual e incluso a la arquitectura. El escultor moderno que proyecta grandes piezas, que es la tendencia general de la escultura más avanzada, que se acerca mucho a la arquitectura».
Pablo Palazuelo
Conjuntamente con su hermano, el arquitecto Juan Palazuelo, Pablo intervino en tres proyectos donde diseñó o redefinió las envolventes de la arquitectura, además del tratamiento de transición intramuros del recinto. Estos encargos —que se desarrollaron tanto durante sus años en París, como tras su vuelta a España— sirvieron a su vez como notorios testigos gráficos de la evolución de su investigación formal y teórica. Los proyectos son: un Hotel en la calle Princesa de Madrid en 1961, obras de remodelación de la vivienda familiar en Galapagar (1950-65) y la reconstrucción y rehabilitación del Castillo de Monroy (1970-1985).
III. Construcciones laberínticas
«El laberinto es el lugar o conformación cuya capacidad para la generación de formas es abismal, no tiene límite».
Pablo Palazuelo
Palazuelo especulaba con la posibilidad de configurar laberintos a partir de su imaginario formal simbólico, puesto que los definía como un tipo de manifestación de las fuerzas espaciales. En este apartado se han seleccionado dos proyectos y una obra. Dos de los diseños se enmarcan en su colaboración con el mecenas Juan Huarte: uno, la instalación en los Salones Hisa (1960-67), un espacio diseñado previamente por Francisco Javier Sáenz de Oíza; y un artesonado de madera de palo rojo y roble en el techo de la Residencia para Juan Huarte (1965), donde se aprecia la influencia de la tradición hispano-árabe. Décadas después, Palazuelo produjo la instalación Indret (1996), una propuesta compuesta por 16 módulos realizados a partir de tableros de DM (aglomerado), que aspiraba a configurar el espacio expositivo del Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA).
IV. Extensión horizontal
«De envoltura en envoltura, llegaríamos allí donde el reflejo de estructuras aún más complejas, más lejanas, tiende a desvanecerse cuando nuestra atención se aproxima a una especie de horizonte que limita las posibilidades de conocimiento que es el nuestro».
Pablo Palazuelo
Con la experiencia adquirida tras las colaboraciones llevadas a cabo anteriormente junto a distintos arquitectos, surgieron nuevos encargos donde Palazuelo pudo continuar su investigación sobre los umbrales constructivos. Un fresco para el vestíbulo del edificio corporativo de Bankinter (1974-77), diseñado por Rafael Moneo, y una escultura para el Edificio de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, Madrid.
V. Límites verticales
«En el espacio la línea es una forma más, que solo es límite o frontera cuando se quiere que lo sea, porque la línea es el tramo, el umbral, el tránsito hacia lo otro, lo nuevo, lo desconocido».
Pablo Palazuelo
Tras haber destinado casi treinta años a la exploración de las posibilidades que le ofrecía el plano horizontal, Palazuelo se embarcó en nuevos encargos que le condujeron a un nuevo desafío: trascender el marco gráfico para colonizar lienzos interiores o umbrales de fachadas. Sus diseños se centran en el interior de los vestíbulos, como en el proyecto para el Edificio auxiliar del Banco de España (1988), de Corrales y Molezún, o el mural escultórico que elaboró frente a la escalera circular de la Torre Picasso (1988-90), obra de Yamasaki, entre otros.
Pablo Palazuelo. Sin título. 1989 Lápiz y tinta sobre papel 51 x 70 cm. Cortesía de Fundación Pablo Palazuelo.
VI. Umbrales de tránsito
«El número es una puerta de entrada a lo desconocido».
Pablo Palazuelo
Pocos elementos materializan tan claramente el espacio de tránsito como la puerta. Forma simbólica de la demarcación dentro de la tradición sufí, ya que representa el movimiento a través del espacio y el tiempo jerarquizándolos, constituye la entrada a un lugar distinto, es el comienzo o el fin de un viaje. Pablo Palazuelo revestía los ámbitos de acceso con distinto grado de intensidad. Desde las intrincadas geometrías del proyecto para las puertas del antiguo Convento de San Basilio Magno (1991), de la Universidad de Alcalá, hasta el revestimiento de aluminio en la instalación que propuso para la Galería Soledad Lorenzo (1996-97).
VII. Dibujos lumínicos
«La luz es vibración material, es energía que cuando se conjuga con otra energía como es la materia, entra en resonancia con ella coloreándose mutuamente».
Pablo Palazuelo
Su exploración de los planos de cerramiento alcanzó una fase de mayor sofisticación a partir de la relectura del delicado trabajo con los vidrios cromados de uno de los movimientos arquitectónicos que más fascinaron a Palazuelo, el gótico. El motivo de esta fascinación residía en el notable potencial latente que Palazuelo otorgaba al hecho de poder dibujar con la luz. Para ilustrarlo se han seleccionado las propuestas para una Vivienda en Valdemorillo (1984-86) o el rosetón del templo parroquial de San Salvador en Guetaria (1995-96), entre otras.
VIII. Diseño doméstico
«La iluminación es o no es, la iluminación ilusoria no existe. La claridad es o no es, la falsa claridad no existe».
Pablo Palazuelo
En vez de perseguir la obra de arte total, Palazuelo se vio obligado a desligar sus incursiones en la arquitectura de las relativas al diseño doméstico. Sin embargo, puntualmente los encargos se desarrollaron en diversos niveles de actuación, como en el diseño para la alfombra del vestíbulo de Bankinter cuya composición funciona como reflejo de las pinturas del techo.
IX. Dimensión urbana
«Creo que hay una escala de lo que es importante para el futuro de la humanidad. Y otra escala de lo que es anecdótico y coyuntural».
Pablo Palazuelo
Muy ilusionado al retomar su faceta escultora en 1977, Palazuelo realizó diversas piezas que premonitoriamente titulaba Proyecto para un monumento, aunque posteriormente estos proyectos sufrieron frecuentes cancelaciones. Entre los diseños con los que se cierra esta muestra se ilustran estos extremos: el impulso de los comienzos y el comienzo de sus decepciones. Encargos que van desde las esculturas para el Museo de Escultura al Aire Libre (1977-78) en Madrid, hasta los emplazamientos barceloneses del Parque de la España Industrial (1985) y las obras para el Homenaje a Verdaguer (1995).