El arquitecto Fernando Menis propone un diseño y una serie de instalaciones de inspiración marina que reciclan objetos y material abandonados por los niños y turistas en los hoteles de los pueblos costeros de La Oliva y cuyo montaje involucra a sus habitantes.
Descripción del proyecto por Fernando Menis
La Oliva es un municipio en Fuerteventura, una de las Islas Canarias, en España, que viene apostando desde hace décadas por el turismo. Si hasta ahora lo ha hecho siguiendo fórmulas standard, recientemente está buscando el modo de destacar internacionalmente a través de nuevos atractores.
En este sentido, la referencia es la isla vecina, Lanzarote que, gracias a las intervenciones y obras del artista César Manrique, se beneficia de espacios declarados Bienes de Interés Cultural que hacen de la misma un destino turístico especial, sin par en el mundo. En este contexto es en él que el actual alcalde de la Oliva encargó al arquitecto Fernando Menis el diseño para iluminación de Navidad y con los siguientes objetivos:
• mayor reclamo en la captación de compradores y turistas ya que la viabilidad de muchas tiendas de barrio se apoya en las ventas de estos días;
• mayor calidad en el diseño y adaptación a la cultura de La Oliva, vinculada tradicionalmente al mar y a la pesca
• convertir la iluminación navideña de la zona en un nuevo foco aún más potente de atracción turística;
• plantear nuevos entornos para la iluminación navideña, como puede ser el mar
• crear una iluminación sostenible en cuanto a consumo energético y utilizando
materiales reciclados
En base a estas premisas, Menis planteó un diseño y una serie de instalaciones que reciclan objetos y material abandonados por los niños y turistas en los hoteles de La Oliva como puedes ser flotadores, tablas de surf, juguetes para la playa etc.:
Calamar gigante
El calamar gigante se monta con los objetos más populares entre los turistas durante el verano: los flotadores de colores y los “churrros” de piscina. Esta pieza, que será de grandes dimensiones, invadirá calles y plazas, aspirando a convertirse en el símbolo de las navidades marítimas de los vecinos de La Oliva. Cada unidad de calamar gigante estará compuesta por 10 flotadores plásticos, 20 churros huecos de plástico y dos cubos de plástico, además del material necesario para su unión y anclaje. Los diseños y colores de estos materiales serán aleatorios y dependerán de como sea la muestra almacenada por el Ayuntamiento y los hoteles del municipio. Contará además con cubos plásticos de playa en las terminaciones de los tentáculos. El calamar estará iluminado de dos formas: por un lado, un foco de luz blanca en el interior del cuerpo, que adquirirá distintos tonos dependiendo del color de los flotadores y por otro, una serie de puntos de color a lo largo de los tentáculos, conseguidos con guirnaldas LED de colores. En el interior del cuerpo se dispondrá una subestructura de protección que evitará que el foco entre el contacto con los flotadores plásticos.
Flores de hibisco
En Fuerteventura, el invierno como el verano es de colores alegres, de temperaturas cálidas y casi siempre de sol. Por ello, este proyecto de iluminación muestra que los auténticos símbolos de la Navidad en Fuerteventura no son los copos de nieve, propios de otras latitudes, sino las flores que nunca se cierran en esta isla paradisíaca. Cada una de las flores se compone de 9 tablas de “bodysurf” o “bodyboards”–tablas de diversos colores de material rígido ligero,
como poliestireno expandido-, cinta plástica adhesiva y el material necesario para su unión y anclaje.
Palmeras
Esta instalación está diseñada especialmente para los espacios urbanos que, por su importancia y carácter, requieren de una actuación más sobria, sencilla y elegante. Las palmeras son en, este caso, el recurso perfecto, por su importancia dentro de la simbología canaria y porque sus formas singulares hacen posible recrear un episodio de fuegos artificiales, que iluminan el espacio urbano. La novedad está en la orientación de las luces que no rodean a la palmera sino que recorren su verticalidad, desde el tronco hasta el final de cada palma. El diseño exige reducir la iluminación actual de los espacios públicos donde se emplace, de manera que las líneas de luz que contornean las palmeras adquieren un mayor protagonismo. Así se consigue el efecto de explosiones de luz muy similares a las producidas en los espectáculos de fuegos artificiales.
Barquitos
Si bien Corralejo y El Cotillo se distinguen por sus paseos marítimos y sus vistas privilegiadas, cuando llega la noche estos espacios se encuentran, casi siempre, mirando hacia una profunda oscuridad. El mar no se ve por las noches. Decorando de forma muy sencilla los barcos que por la noche navegan cerca de la costa, se iluminará la superficie del agua. En este caso, la instalación de las luces, deberá contar con la participación ciudadana, necesitándose de voluntarios que ofrezcan sus barcos. Una vez conocido el número de botes disponibles para decorar, el Ayuntamiento cederá a sus propietarios las guirnaldas para su colocación.
Guirnalda medusa
Continuando con los motivos que celebran la Navidad marinera de La Oliva, y siempre partiendo del reciclaje de los objetos más comunes, se propone decorar los paseos marítimos de las poblaciones costeras con una guirnalda de luces de colores que servirá como base para la instalación de una serie de farolillos que buscan reproducir el fondo marino. Si bien la idea inicial es vestir estas bombillas con pequeñas medusas, también lo es posibilitar que los vecinos de La Oliva -y preferiblemente, los más pequeños- participen de este diseño a partir de normales botellas de plástico que se reutilizan en forma de medusa. Para homogeneizar los seguramente dispares diseños y dotarles de un primer acabado homogéneo, se propone aplicar como primer paso una película de spray de color fosforescente –amarillo, verde, naranja, rosa- al objeto que haga de farolillo, sobre la cual los niños podrán seguir decorando con sencillos rotuladores.