Estambul vista nocturna. Fotografía © José Juan Barba/METALOCUS.
Cuando viajas por Europa o América siempre percibes, al llegar por primera vez a los hoteles, la misma sensación de silencio. Eso no ocurre aquí, rápidamente siento que he llegado a un lugar diferente. Cuando entro en la habitación una de las ventanas está ligeramente abierta y se oye con nitidez la llamada a la oración del almuecín desde las mezquitas cercanas. Pocas horas después será la presentación oficial de la Tercera Bienal de Diseño de Estambul.
La inauguración oficial de la Tercera Bienal de Diseño de Estambul se realiza sobre un pequeño estrado, en una sala de la última planta de la Escuela Primaria Griega / Galata Rum Okulu y rápidamente sigue la presentación de su directora, Deniz Ova, y la de sus comisarios, Beatriz Colomina y Mark Wigley. Es un acto multitudinario al que sigue un recorrido por toda la exposición. Normalmente cualquier visitante tan solo es capaz de percibir un pequeño porcentaje de las intenciones y contenidos de una exposición, pero en esta ocasión el porcentaje aumenta gracias a la generosidad de Beatriz Colomina y Mark Wigley, que hicieron de cicerones de lujo durante los siguientes dos días.
Pocas horas después intentamos profundizar sobre el planteamiento de los comisarios en una conversación a tres bandas entre los comisarios, Shumi Bose, Arjen Oosterman y yo mismo, en la cafetería The Populist del complejo cultural Alt-Bomonti, en Estambul. En realidad no fue una entrevista, fue más una charla que se alargó más de una hora en la que interpelamos a Beatriz Colomina y a Mark Wigley, que se pasaban la palabra con agilidad en un intercambio de ideas instrumentalizado con bastante naturalidad y a la que parecen estar acostumbrados. Aunque más adelante, ante la pregunta de si habían trabajado más veces como comisarios, responderán:
- (W) Como asesinos en serie, pero nunca juntos. Ja, ja, ja.
Beatriz Colomina & Mark Wigley. Photograph © Mahmut Geylan.
La charla comienza intentando escudriñar y profundizar en las ideas de esta pareja de comisarios, y aumenta en el conocimiento de los contenidos expuestos, pues a todos nos había sorprendido el nivel de ambición de la Bienal.
- (MW) [el buen diseño] Tiene una definición muy específica.
Globaïa, Welcome to the Anthropocene (video still). Fotografía © José Juan Barba/METALOCUS.
Una de las vías utilizadas en esta Bienal es la exposición on-line, aunque es evidente que la Bienal sigue utilizando los modos clásicos que otras exposiciones utilizan para atraer la atención a una idea. En realidad la Bienal es una clara obra intelectual que se cristaliza utilizando las herramientas de una exposición popular. Una presentación que también refleja una notable interrelación entre la gente, los diseñadores y la industria. Un conjunto, ideas y exposición que a su vez rediseñan el concepto de diseño.
Design in 2 Seconds - Curatorial Intervention. Fotografía © José Juan Barba/METALOCUS.
Mark Wigley cita a los clásicos y recuerda a Tácito, para demostrar que en realidad la percepción de lo contemporáneo es la misma: - “No hay dos mil años entre nosotros, en ese sentido no hay evolución.” La extrañeza por lo nuevo es siempre una constante.
La charla continúa en torno a la idea del concepto de si somos humanos, incluso aparece la idea de post-humanos en la era del antropoceno y rápidamente Wigley matiza:
Wigley matiza que le parece más interesante Cyborg […], el juego de una especie de fantasía cibernética, a lo que Colomina responde:
Es más acerca de cómo vivimos juntos, que ¿cómo vamos a sobrevivir?
homo cellular - Curatorial Intervention. Fotografía © José Juan Barba/METALOCUS.
Beatriz hace hincapié en cómo la arquitectura, desde hace tiempo se ha desarrollado en función de conceptos como el ocio y cómo eso está afectando a la forma en que se diseña, se realiza arquitectura y se crean nuestras ciudades.
Wigley habla de dar una respuesta polifónica, con lo que la conversación deriva sobre las implicaciones morales de todos estos cambios, incluso que muchas obras de la exposición implican una posición moral. Por tanto, ¿cómo negociar con la moralización o cómo tener una posición moral? Y ¿cuál es la posición particular?
- (BC) Ruha Benjamin, que está enseñando African American Studies en Princeton, es parte de este grupo de personas que a veces están en discusiones en los Estados Unidos, en Washington, sobre la ética de la genética, y comenta lo decepcionante que son los legisladores, políticos, científicos […] sin embargo la humanidad nunca es invitada, y ella está ahí, […]Estamos siendo excluidos de muchas preguntas.
Y ¿ su posición particular?
Presentación en la Escuela Primaria Griega / Galata Rum Okulu. Fotografía © José Juan Barba/METALOCUS.
La conversación se aleja por un momento en derivas sobre la ética, lo bueno y las implicaciones que demuestran los diseñadores en su trabajo, aunque rápidamente se reconduce la conversación. ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de diseño? Dado que en español, en alemán, en italiano arquitectura y diseño son cosas diferentes, ¿cómo se ha tratado eso en la muestra?
[…] los políticos hablan de diseño, las Escuelas de Negocios, lugares como la Universidad de Columbia, tienen departamentos de diseño. Recuerdo que en Harvard, el Jefe de la Escuela - Peter Rowe -, estaba molesto de que hubiese cierta confusión en la Universidad porque, por un lado está la Escuela de Graduados de Diseño, y por otro lado en la Escuela de Negocios ahora tienen Departamentos de Diseño, lo que confunde a los estudiantes cuando realizan búsquedas por Google y llegan al Departamento de Diseño de la Escuela de Negocios. Pero esto es parte de nuestro mundo, todo está diseñado en las empresas más poderosas del mundo… Los políticos, incluso las empresas que no tienen nada que ver con el diseño, tienen diseñadores jefe, o funcionarios de diseño. El diseño se aplica a todo.
-(MW)¿Es un concepto que tiene un significado específicamente británico? De hecho, es absolutamente británico. Necesitamos entender la historia de la palabra: el momento en que fue inventada, por qué fue inventada - por celos a Prusia y a Francia -, en las primeras décadas del siglo XIX. Los ingleses estaban muy confundidos, eran el poder industrial, pero no tenían la capacidad de dar forma a los objetos de la manera que los franceses y los alemanes lo estaban haciendo. Hicieron un esfuerzo para tratar de entender la idea. -¿Qué pasa con estos europeos?
- (BC) En poco tiempo la situación se revierte.
- (MW) Surgió de los celos, que siempre es una fuerza motivadora muy fuerte, y en realidad los ingleses nunca se sintieron como si hubieran tenido éxito en el siglo XIX […].
Objects of Daydreaming. Photograph © Sahir Ugur Eren.
Wigley aplica sus dotes docentes y explica el proceso de reversión, de cómo al final del siglo los franceses y los alemanes estaban celosos de la tradición del diseño británico, particularmente de William Morris, “quien explícitamente se comprometió con la industrialización...” es decir, “fue sobre todo el choque, el choque extraordinario de la industrialización, la máquina, el cuerpo humano, la economía, este gran miedo de los británicos y cómo sobrevivieron. Al final, la palabra británica "diseño" ha tenido éxito, porque lleva esta promesa de inoculación, de negación, de defensa, de supervivencia en un mundo muy extraño.
Ese debate parece ser en realidad la fuerza motivadora de toda la exposición. Y Wigley se reafirma "bien, lo que tenemos que hacer es rediseñar el diseño", que es un tipo de proyecto colaborativo. Colomina apostilla “Redefinir el diseño y redefinir lo humano también.”
La exposición es diferente a otras bienales, se cruzan en la conversación Venecia o Aravena, sin embargo aquí hay un planteamiento serio y a la vez ágil sobre la necesidad de debatir sobre las diferentes posiciones éticas o morales sin que ello menoscabe la necesidad de avanzar en un debate pragmático, o sin convertir la Bienal en una feria comercial. Hay diseñadores en la Bienal, pero no es relevante, no se habla de presentar productos o exponer productos, porque lo que está en juego es lo que podría ser más interesante, complejo, ¿qué se puede diseñar en este momento?
El ser humano real del diseño moderno es una especie de publicidad, una especie de figura fantasmal.
Esta última afirmación ha surgido tras hacer referencia a un pequeño libro con las portadas en amarillo, publicado con motivo de la Bienal, nos muestra cómo los pequeños personajes que aparecen en los proyectos de arquitectos protomodernos como Walter Gropious, Tony Garnier, Lissitsky o Mies van der Rohe, parecen figuras fantasmales, alienados en su entorno, sin un desarrollo de identidad del personaje.
Tras esta revisión histórica o arqueológica de la contemporaneidad, resurge la necesidad de conocer cómo afecta todo esto a nuestra realidad actual y qué sinergias se quieren activar con la exposición.
Studio-X. The Designer Designed by the Humans. Photograph © Sahir Ugur Eren.
Beatriz comenta en una interesante y prolongada disertación cómo las ideas de la Bienal se han ido construyendo en un debate interno que tiene sus raíces en Princeton y Columbia, sobre qué es el diseño.
Beatriz Colomina acentúa su interés por formular preguntas y plantear una Bienal de preguntas abiertas a la multiplicidad de cuestiones que pueden formular los espectadores, en lugar de plantear deliberadamente un proyecto cerrado.
Mark Wigley defiende cómo tras ser invitados a la Bienal de Diseño de Estambul, surgió la necesidad de intervenir y de redefinir el concepto de diseño, planteando su cuestionamiento tras haberse convertido en algo viral. Una necesidad de revisión, de “reeducarnos” lo que no significa una renuncia ni impide un reconocimiento a la existencia de modelos y héroes anteriores. Hay que repensar narrativas sobre el diseño industrial como la de Nicholas Pevsner con un camino a través de la Bauhaus en el mundo.
¿Cómo lidiar con el proceso de exhibir muchos tipos de dificultades?, porque muchos de los proyectos tienen un trabajo muy complejo detrás. ¿Cómo exponer esa experiencia?
- (MW) Escribimos el manifiesto y lo presentamos. Comenzamos a ponernos en contacto con una serie de personas diciendo "¿Te gustaría responder?". Les dijimos que no habría un territorio, no es como "aquí está tu lugar", ¿sabes? En realidad, todo el principio aquí es una serie de nubes superpuestas, así que no vamos a decirle dónde estaría en la exposición, porque no lo sabemos. Queremos que nos diga en qué ideas está trabajando y qué medio podría pensar que sería el mejor. Escuchamos y vemos si podemos diseñar para ti un lugar y un mecanismo. Sabiendo que sus obras se superponen con otras y que los límites de su trabajo no estarán claros, e incluso su autoría puede ser algo que no está claro, a veces.
Si no te comunicas con el visitante, si eres una persona muy sofisticada en el diseño pero no permites apreciar, aprender o disfrutar de ello, eres un idiota. El segundo grupo con el que debes comunicarte es con la comunidad de diseño local, con todas sus diferentes disciplinas. Y hay que tener en cuenta que se tiene otra audiencia, una que tiende a ser mucho más internacional de personas que teorizan y piensan sobre tu trabajo: investigadores, académicos, docentes, críticos… Es una tarea difícil, pero debes diseñar una instalación que llegue a los tres grupos.
- (BC) Esa ambición se logra mejor con toda la exposición que con cada obra individual. Y pienso que la exposición es un poco así, toda ella debe dirigirse a una audiencia de niños pequeños y a una audiencia de personas que no tengan idea del debate, así como a una audiencia de estudiantes de arquitectura o a una audiencia internacional.
Beatriz Colomina y Mark Wigley hacen un minucioso recorrido sobre las diferentes capas y lecturas que cualquier visitante puede realizar, desde lecturas sencillas con la recepción amable experimentada con la obra de William Forsythe, pasando por la figura más popular de la exposición que es el hombre de cristal de Estambul (algunos recordarán que la última vez que lo vieron en público fue en 1938) y que muestra a la vez los avances que a nivel internacional mostraba el país en determinadas áreas, de lo que también son ejemplos los autómatas o robots islámicos que aparecen en la exposición. Hasta lecturas más complejas y más eruditas como el estudio de archivos, los mapas globales o las consecuencias del Antropoceno.
The Transparent Man. Photograph © Poyraz Tutuncu
No quedó en el olvido el debate sobre si la Bienal debía conectar la industria y la producción con las ideas, como pretendía el promotor de la Bienal, Bülent Eczacıbaşı, en sus dos primeras ediciones sin haber llegado a conseguirlo con otros enfoques, que no influyeron en su mercado y producción local, quedando desconectados. El debate es complejo y Mark Wigley lo explica situando la discusión a tres bandas: entre políticos, industriales y diseñadores, añadiendo la especificidad de las condiciones en Turquía.
- (MW) Realmente incluir a la industria en estas conversaciones es, en primer lugar, conocer su papel para comprender la relación entre el diseño y la historia. Es entonces, cuando se puede hacer eso, cuando sus amigos y otras industrias pueden reconocerse en la historia de Turquía. Se les ha dicho que deberían ser más internacionales produciendo objetos mejor diseñados, lo que debemos hacer es proporcionar a la comunidad industrial una especie de archivo en el que puedan verse a sí mismos, de la misma manera que los visitantes se ven a sí mismos. ¿Cómo se hace una imagen que permite a un industrial preocuparse por el diseño? [...] Fue muy emocionante escuchar la reacción de Bülent a la exposición, porque él realmente la apreció.
- (BC) He oído hablar de sus compañeros, de los patrocinadores ... y en este mismo momento estoy recibiendo mensajes, correos electrónicos de industriales que han contribuido a la Bienal, y dicen que están muy orgullosos de la forma en que se ha elevado la discusión.
Mark y Beatriz ponen el acento en sopesar si el éxito de algunas empresas es porque producen mucho y lo venden sin valor añadido en mercados emergente o lo hacen invirtiendo más en sus diseños y consiguiendo elevar el nivel del mercado al que quieren acceder.
- (BC) Es un poco como las discusiones en Londres hace 200 años. ¿Por qué haría todo este esfuerzo para eliminar o crear adornos para que sea más caro?
Resulta obvio cómo las principales escuelas de negocios incluyen el diseño y cómo aplican esa experiencia con casos de éxito como el de Steve Jobs, producido y deudor del pensamiento gestado en la Bauhaus. Los comisarios se muestran orgullosos al conocer la reacción de algunas instituciones, como por ejemplo el Museo de Arte Moderno, que nunca se habían preocupado por la Bienal de diseño, nunca habían asistido, como justo el día de antes a esta entrevista que habían visitado la Escuela Griega y le habían comentado a Bülent: "Oh, Dios mío, este es otro nivel de Bienal".
Si algo queda en la retina de todos los visitantes es que esta Bienal ha hecho algo importante por el diseño y la arquitectura, elevando el discurso sobre lo que la gente espera que suceda.
Tengo que reconocer que habiendo sido escéptico antes de conocer el resultado de la Bienal, tras visitarla, conocerla y charlar con sus comisarios, me he sentido realmente sorprendido, porque hacía tiempo que no percibía en este tipo de eventos un revulsivo positivo y estimulante como aquí ha ocurrido.
Si tienes tiempo de visitar Estambul (es una pena que dure tan poco), el alimento que todos necesitamos para crear puedes encontrarlo en el excitante e interesante cruce de ideas, propuestas y análisis que ha planteado gracias a sus comisarios y participantes la Tercera Bienal de Estambul.