En el proyecto se ha buscado la neutralidad dada por la pureza y la sencillez de los materiales. Además de la ausencia de detalles. El interior se traduce, por tanto en aperturas hacia el paisaje mediante el uso de marcos y patios situados estratégicamente.
Casa NaMora por Filipe Pina + David Bilo. Fotografía por Ivo Tavares Studio.
Casa NaMora por Filipe Pina + David Bilo. Fotografía por Ivo Tavares Studio.
Descripción del proyecto por Filipe Pina + David Bilo
Situado en un refugio natural de un valle al pie de la Serra da Estrela, cerca de la parroquia de Gonçalo, en un lugar también conocido localmente por el nombre de Mora, esta propiedad agrícola tiene aproximadamente 18ha de área, y está rodeado por un denso bosque de pinos.
La propiedad se ha conservado bien a lo largo de los años gracias a sus actividades agrícolas. En su centro se levanta una modesta preexistencia de granito construida a mediados del siglo XX, de donde parte el nuevo proyecto. Para no perturbar las actividades agrícolas, decidimos separar lo antiguo de lo nuevo al diseñar la casa. El resultado final, con la ampliación de la casa existente, fue el resultado de un compromiso entre los deseos de los propietarios y las características y morfología existentes del terreno, caracterizado por la existencia de varias terrazas.
De forma natural, se crearon dos nuevos volúmenes de hormigón que se implantaron en una terraza existente, estrechamente ligada a la preexistencia de granito, permitiendo un desarrollo natural y fluido de la finca del lugar.
El nombre NaMora tiene un doble significado en portugués. Hace referencia a la ubicación del proyecto, donde "Na Mora" se traduciría como "En Mora" (siendo Mora el lugar donde se encuentra la finca), pero "namora" en portugués significa literalmente "ligar" o "salir". Así, en un lugar llamado Mora, nació la Casa NaMora, donde los volúmenes de hormigón que forman la nueva parte de la casa "coquetean" formalmente con el cuerpo de granito existente, en total armonía con el entorno existente.
El proyecto se dividió claramente en dos elementos distintos pero complementarios: el almacén, el área técnica, las instalaciones sanitarias funcionales y la cocina se encuentran en la preexistencia y se dedican por completo a las actividades de la granja, mientras que la sala de estar, los dormitorios, la suite y el espacio de ocio exterior forman parte de la nueva sección de la casa.
En el interior, se ha buscado la neutralidad dada por la sencillez y la pureza de los materiales y por la ilusión de la ausencia de detalles. La idea de interioridad se traduce en aperturas hacia paisajes, marcos y patios estratégicamente situados.
La escala de la intervención y la identidad natural del lugar se tuvieron siempre en cuenta a la hora de elegir el enfoque constructivo y los materiales: piedra, hormigón, acero y madera. En el interior, el blanco y el confort de la madera se equilibran con la presencia cruda y austera del hormigón. En el exterior, la piedra y el hormigón se tallan de la misma manera, en una reinterpretación de la arquitectura vernácula de esta región.
En memoria del Sr. António da Costa Gonçalves.