Descripción del proyecto por Rica Studio
Nuestro proyecto para la zona de juegos en la cubierta del Hospital de La Fe de Valencia es el resultado de la colaboración con Juegaterapia (www.juegaterapia.org), una fundación sin ánimo de lucro que trabaja para mejorar las condiciones de vida de niños con cáncer. Empezaron entregando Play Stations donadas para que los niños las usasen durante la quimioterapia, bajo el lema “la quimio jugando se pasa volando”. Ahora la fundación se dedica a transformar las terrazas sin uso en hospitales pediátricos en áreas de juego para los niños hospitalizados. Para nosotros este proyecto ha supuesto una oportunidad para investigar como el diseño puede condicionar la percepción, y la experiencia de los usuarios y ser un instrumento para mejorar el día a día de los pacientes, familiares y trabajadores del hospital.
Numerosos estudios han demostrado los efectos beneficiosos que la naturaleza puede producir en los pacientes hospitalizados, en algunos casos acortando el tiempo de recuperación. Pero al colaborar con la fundación Juegaterapia, se puso de manifiesto que, a pesar de estos datos, no todos los hospitales están dispuestos a añadir vegetación a sus terrazas, debido a la preocupación por el coste y el mantenimiento. Como resultado de este condicionante, exploramos y analizamos las características propias de los entornos naturales que pueden aislarse y reproducirse de manera artificial para insertarlos en edificios existentes.
Nos interesaba la tensión que se genera entre la naturaleza y lo artificial y los procesos de abstracción utilizados en el arte para crear puentes entre ambos, en algunos casos literales, en otros metafóricos, cuando se vinculan dos realidades que generalmente están desconectadas. Además, queríamos utilizar el diseño para crear una conexión con la memoria del lugar, en este caso la ciudad de Valencia, una ciudad junto al mar.
Queríamos generar sistemas artificiales que funcionasen de manera similar a los elementos naturales, sin imitarlos de manera literal en su forma, sino en su comportamiento: movimiento, flexibilidad, variación de densidad, sonido, luminosidad, color... También en su capacidad interactiva, que facilitasen acciones como refugiarse, tumbarse bajo la sombra, balancearse... que suceden con frecuencia en la naturaleza. queríamos que todo esto fuese posible en nuestro paisaje artificial.
Al analizar nuestros espacios naturales favoritos, descubrimos los colores, la repetición de los árboles, el movimiento de las hojas, la flexibilidad de las ramas, las sombras... Queríamos encontrar un material que pudiese adquirir diferentes formas y recrear todas estas características. Pensamos en la versatilidad de las cuerdas, su resistencia y la calidad táctil que las convierte en uno de los materiales más utilizados en las zonas de juegos y que además conectaba con la memoria portuaria de Valencia.
El proyecto pretende crear un mundo mágico, un espacio abierto donde los elementos que proponemos generen paisajes artificiales y se mezclen con los elementos naturales, donde las distintas estructuras de juego se puedan utilizar de maneras diferentes para que la experiencia del juego sea nueva e inesperada cada vez. Para ello se propusieron unas grandes estructuras de cuerdas colgadas, que se mueven con el viento, que generan sombra, que son diferentes según el momento del día y que cubren espacios flexibles que pueden ser utilizados para las diferentes actividades, juego, gimnasia, pequeñas actuaciones, conciertos.... Usando el mismo material llenamos la cubierta de estructuras de juego y columpios, Queremos que este mundo mágico se pueda disfrutar también desde las habitaciones y para ello cuidamos mucho la vista del jardín que se tendrá desde ellas. Desde el interior del hospital las grandes estructuras colgadas se perciben como elementos coloridos que cada persona puede percibir como algo diferente, una flor gigante, una medusa, una nave espacial..., formas abiertas a la interpretación que las hace distintas según la imaginación de cada niño.