El proyecto desarrollado por Sandra Micaela Casinha cuenta con 20 viviendas de dos a tres habitaciones, donde las formas orgánicas van generando recorridos y estancias, acabando en la estancia principal de cada vivienda, el estar.
Cada vivienda cuenta con una terraza generada a partir del dinamismo de las plantas, donde la luz tamizada por la celosía provoca una experiencia cambiante y sensorial a lo largo del día. La celosía está compuesta por paneles metálicos perforados que aportan emoción, protección contra el sol e intimidad en la estancia principal de la vivienda.
Edifício Sense 100 por Sandra Micaela Casinha architects. Fotografía por Ivo Tavares Studio.
Edifício Sense 100 por Sandra Micaela Casinha architects. Fotografía por Ivo Tavares Studio.
Cada vivienda cuenta con una terraza generada a partir del dinamismo de las plantas, donde la luz tamizada por la celosía provoca una experiencia cambiante y sensorial a lo largo del día. La celosía está compuesta por paneles metálicos perforados que aportan emoción, protección contra el sol e intimidad en la estancia principal de la vivienda.
Edifício Sense 100 por Sandra Micaela Casinha architects. Fotografía por Ivo Tavares Studio.
Edifício Sense 100 por Sandra Micaela Casinha architects. Fotografía por Ivo Tavares Studio.
Descripción del proyecto por Sandra Micaela Casinha
El edificio Sense 100 baila a través de largas ondas, diferentes en cada planta. El diseño orgánico y los paneles proyectados en la fachada crean dinamismo, movimiento y momentos.
Hay 20 apartamentos, de dos frentes, con generosos balcones, destinados a ser zonas de estar. Son las «olas» las que crean los balcones. Y se relacionan con las luminosas salas de estar.
En cada apartamento nos recibe una curva. Nos conduce a distintas zonas. Termina en el salón, y aquí nuestra mirada se posa en el balcón organicista con sus paneles de pantalla. Estos paneles aportarán emoción, protección contra el sol e intimidad.