
El proyecto de Estúdio Rossi se configura en tres plantas. La planta baja a nivel de la playa, alberga los servicios, aseo y habitación de invitados, así como la cocina y el salón que se extiende a través de una gran cristalera hacía el jardín sin límites que se introduce en la arena.
El primer piso incluye los dormitorios y la oficina del hogar vacacional, a la par que la vivienda de alquiler, las ventanas de este nivel enmarcan tanto el mar como el bosque que rodea el proyecto. La segunda planta acoge las áreas recreativas, un bar y una terraza con jacuzzi desde la que se observa el horizonte marítimo.
Para la estructura en planta baja se utilizaron tirantes de madera y bridas de acero para asegurar la estabilidad y permitir un amplio espacio libre. La primera planta se configura a partir un sistema modular con pilares de madera laminada encolada de eucalipto cada 3,8 metros. Al igual que la estructura, los cierres, tabiques y forjados también son industrializados, todo ello contribuyendo a reducir el impacto ambiental en obra y acelerando el proceso de ejecución.

Casa Guaecá por Estúdio Rossi. Fotografía por André Scarpa.
Descripción del proyecto por Estúdio Rossi
El proyecto de la Casa Guaecá, situada en un terreno al borde de la playa de Guaecá, en São Sebastião, en el litoral norte de São Paulo, partía de la premisa de diseñar dos casas en una. La idea de los clientes era construir una casa pequeña que sirviera para alquilar y de casa de verano que acogiese a toda una familia.
Para ello, aprovechamos el desnivel natural del terreno y la posibilidad de acceso desde dos niveles diferentes para establecer las entradas para los dos usos. Como la parcela legal no es grande (a pesar de la generosa franja de paseo marítimo - no edificable - que va desde el jardín de la casa hasta la arena de la playa) optamos por imaginar un único cuerpo edificado que no indicara, en su volumen, esta división programática.
El nivel superior de la calle da acceso a la casa de alquiler, que tiene dos dormitorios, y aberturas y vistas al denso bosque atlántico de la colina que rodea el terreno. En el nivel inferior, al final de la calle, hay acceso para vehículos y zonas comunes de la casa principal que se extienden por el jardín hasta la arena de la playa.

El programa, por tanto, se configura en tres plantas. La planta baja, al nivel de la playa, parte de un apoyo en un lateral y se prolonga con pilares de hormigón armado, promoviendo áreas técnicas como servicios, aseo y habitación de invitados y albergando las áreas de uso colectivo de la casa, como la cocina y los salones integrados por un gran marco acristalado que configura a su vez el balcón con la piscina, en el borde del terreno que se abre al jardín de la playa.
El bloque del primer piso, enteramente de madera laminada encolada - glulam, se apoya en la planta baja e incluye los dormitorios y la oficina de la casa principal, así como toda la casa de alquiler. Este cuerpo edificado está totalmente prefabricado con losas secas y un sistema de tabiques ligeros, y permite grandes aperturas a las vistas del mar y del gran bosque que rodea la casa. Este elemento permite una estructura ligera y esbelta, así como un montaje muy rápido en obra.
En la segunda planta, además de todo el sistema de máquinas y depósitos, se imaginó una pequeña construcción de estructura metálica, lo más ligera posible, para albergar una sala con bar y piano con el objetivo de otro tipo de uso colectivo, utilizando la terraza con jacuzzi y todo el panorama marítimo.

Con estos sistemas integrados, la casa gana mucho en luz natural, sobre todo en las zonas comunes de uso colectivo y, como en general alberga una población variable, la disposición del mobiliario sugiere flexibilidad. La idea del salón principal y la terraza era crear zonas de estar que pudieran mezclarse con diferentes usos y horarios, ya fuera contemplando las vistas o disfrutando de actividades más internas. Esta misma lógica sigue en la disposición de las habitaciones, hechas con camas apiladas y que pueden albergar un número variable de usuarios.
A pesar del extenso programa, nos enfrentamos al reto de buscar un volumen con el menor impacto posible en el paisaje. Anteriormente ya existía en el lugar una pequeña casa, también con estructura prefabricada de madera, una de las primeras que se construyeron en la playa. Su escala y color guiaron la construcción paisajística del proyecto: una construcción sencilla, enmarcada por la vegetación existente en contraste con la inmensidad verde del fondo.

Acerca de la madera
El primer piso tiene una estructura de madera laminada encolada de eucalipto certificada (MLC). Esta madera, de gran resistencia mecánica, rápido crecimiento y amplia disponibilidad en el mercado nacional, contribuye a reducir el impacto medioambiental del proyecto. El sistema prefabricado garantiza la precisión, optimiza el uso del material y proporciona bajas emisiones de carbono. Además de la estructura, los sistemas de cierre, tabiques y forjados también son industrializados, reduciendo el desperdicio de material, el impacto ambiental en la obra y proporcionando agilidad en la ejecución.
La primera planta está construida con un sistema modular, con pilares cada 3,8 metros. Esta modulación, sin embargo, no se replicó en la planta baja, donde la prioridad era crear un gran espacio libre de pilares. Para ello, se utilizaron tirantes de madera y bridas de acero, elementos que garantizan la estabilidad de la estructura y permiten crear un amplio espacio libre en la planta baja y el balcón. Esta solución aporta ligereza y amplitud al entorno, integrando visualmente el interior de la casa con el balcón y el área circundante. El uso de la madera en los arriostramientos, además de garantizar la eficacia estructural, realza la estética natural del material y demuestra la versatilidad de la madera en la construcción.

La escalera, prefabricada en la misma madera utilizada en la estructura de la casa, destaca en el entorno de doble altura. Como el objetivo era diseñarla lo más alejada posible de los elementos estructurales de la casa, optamos por estructurarla utilizando barras metálicas, que se fijan a las vigas del tejado y las anclan a los cimientos, garantizando la estabilidad de la escalera. Esta solución confiere ligereza y fluidez a la escalera, creando la impresión de que flota en el espacio.
Como la madera debe protegerse directamente de la lluvia, y como la legislación no permite grandes avances en los retranqueos, se desarrolló un sistema en el que los bastidores podían servir de protección física para el agua de lluvia. Para ello, se diseñaron soportes a lo largo de las vigas de madera periféricas para apoyar los largueros de los marcos, liberando el espacio interior de los sistemas de cierre y arriostramiento de la estructura de madera. Además de este sistema de protección de la propia madera, se proporcionó una especie de segunda piel en toda la casa con parasoles de lamas de madera para muebles que sirven de filtro solar y control visual.