El barrio de Arcosur, de Zaragoza, donde se encuentra este centro educativo proyectado por Magén Arquitectos, aún está en desarrollo. Esto presentaba dos escenarios muy diferentes: por un lado, permitía cierta libertad creativa para establecer el ritmo de un desarrollo futuro, mientras que por el otro, presentaba el desafío de transformar un entorno temporalmente hostil en un espacio habitable.
Como resultado de esto, el edificio se protege de su entorno de una manera inteligente, con un exterior metálico y colorido, abriendose hacia el patio central y los pequeños espacios exteriores internos. El perímetro en forma de claustro del patio proporciona sombra y protege la circulación que conduce a las aulas, a su vez el techo inclinado hacia el patio recuerda a un impluvium romano.
Las aulas de la escuela se basan en un módulo de 9x7,2 metros, y cada volumen se eleva en una de las esquinas generando un espacio de cubiertas articulado y diverso, donde un lucernario por aula, llena el espacio con luz natural y, junto con las ventanas que dan al patio, proporciona ventilación cruzada. Esta solución se extiende a otros espacios interiores como la sala de psicomotricidad y el comedor.
Descripción del proyecto por Magén Arquitectos
Arcosur es la última expansión residencial hacia el sur de Zaragoza. La situación del proyecto es uno de los ejes estructurantes de la ordenación, así como el hecho de tratarse de la primera dotación edificada, otorgan una especial importancia a la dimensión urbana del nuevo equipamiento. Pese a estar completada la urbanización general del barrio, gran parte de las parcelas permanecen sin construir, por lo que el carácter del lugar aún se mantiene más próximo a la escala territorial propia del borde de la ciudad que a la densa trama de viviendas prevista.
La ausencia de condicionantes urbanos favorece el planteamiento del edificio desde una cierta autonomía, basada en sus propios requisitos funcionales y en la atención a la escala doméstica del niño como a la escala cívica de la intervención. El objetivo entonces es la transformación de un territorio inhóspito en un lugar habitable y de escala amable, cuyo diseño debe establecer sus propias referencias geométricas, volumétricas y espaciales.
El programa docente con comedor se desarrolla en una única planta, disponiendo nueve aulas alrededor de un patio principal de juegos. En el perímetro del edificio, entre el volumen construido y las calles adyacentes, se abren patios longitudinales en las diferentes orientaciones, que permiten la iluminación y ventilación natural de todas las estancias y los espacios de circulación, resolviendo también la diferencia de cotas. Tanto el patio central como el de acceso se conforman mediante un porche perimetral con cubierta inclinada, a modo de impluvium, que genera un espacio intermedio para proteger y enlazar las diferentes salidas y accesos.
Como respuesta al programa docente y a los tiempos programados, la construcción se sistematiza a partir de un módulo rectangular de 9x7,2 m. con una superficie de 60 m². El volumen se eleva en una de las esquinas para dotar a las aulas de mejores condiciones acústicas y lumínicas mediante un techo fonoabsorbente inclinado en cuyo punto más alto se sitúa una ventana-lucernario que permite una distribución uniforme de la luz natural en el interior del aula. Además, la posición opuesta de las aperturas posibilita la ventilación cruzada. La solución volumétrica de las aulas se extiende a modo de lucernario a los espacios principales del programa: el aula de psicomotricidad y el comedor.
En el exterior, el edificio se caracteriza por la presencia de éstos volúmenes metálicos apuntados sobre el plano de cubierta, y por el contraste entre el acabado de paneles estriados de hormigón hacia las calles y de paneles estratificados de madera hacia los patios interiores. El uso de diferentes texturas y acabados en el pavimento de los patios enriquece la experiencia lúdica infantil en los espacios exteriores.