Chicago Horizon por ultramoderne

Descripción del proyecto por UNSTUDIO

¿Cuan generoso puede ser un quiosco? En lugar de construir un encantador adorno, tenemos que pensar a lo grande. En lugar de proporcionar un lujo para unos pocos, el Chicago Horizonte maximiza su alcance. Se hace hincapié en la ampliación de espacio sobre la forma o el detalle. En lugar rapido, que proporciona alivio para la ciudad. El diseño para el quiosco se convirtió en una búsqueda para crear el techo de madera más grande posible, para delimitar una zona de la ciudad que todos disfruten.

Inspirado por dos estereotipos de Chicago (experimentos de Mies van der Rohe en la llanura y las exploraciones de los Eames en la escala de Powers of Ten) diseñamos un techo de 56 pies cuadrados abierto con el mayor claro abarcado posible: una fusión del racionalismo miesiano con un improvisación típicamente estadounidense.

Una simplicidad radical subyace con una experiencia sutil y variada. El alcance lateral de la cubierta vuelve a calibrar la experiencia de los dos extremos del paisaje de Chicago: a nivel del suelo, el horizonte del lago Michigan domina, formando una línea de simetría entre la tierra y la cubierta. Desde la plataforma de observación, el techo se convierte en un nuevo horizonte artificial, dejando fuera el primer plano y haciendo hincapié en el horizonte vertical sobre un plano flotante abstracto.

Los materiales utilizados en el pabellón son baratos: basta un poco de madera de calidad y un cerramiento eslabonado estructural. Reducir al mínimo el coste de los materiales maximiza el espacio para el público, y proporciona a la Bienal un espacio para eventos, dedicado en el Parque del Milenio. El techo está hecho de madera cruzada-laminada, un nuevo material de madera estructural que elimina el carbono en sus fibras. Solo el techo compensa con creces las emisiones generadas por el resto de los materiales utilizados en el proyecto.

Dos programáticos volúmenes (una plataforma de observación y una kiosco de venta) cuelga entre el techo y el suelo. Encerrado en una retícula metálica utiliza en tensión, los volúmenes proporcionan una jerarquía sutil dentro del plano de otra forma abierta. Finas columnas se distribuyen en un patrón radial finamente sintonizado para responder a cargas laterales y verticales; su orientación crea a la vez un enfoque intenso en el espacio y las actividades centrales para el pabellón, así como hacia el exterior y hacia el horizonte.

Por la noche, los recintos de tela metálica doble son iluminaos como una instalación, lo que atrae a los visitantes por su misterioso resplandor. Cada uno está equipado con un plano de la iluminación LED programable y brillante con una temperatura de color diferente: uno caliente (luz de luna), y otro frío (luz del día). Los dos generan un diálogo con los demás durante toda la noche, alternando entre los dos polos de la experiencia que crea el quiosco: piso y techo; día y noche.