La "bigamia" con la que suele bromear el cabeza de BIG se manifiesta esta vez con un muro que trasciende su realidad bidimensional para convertirse en un configurador espacial, lo que Bjarke Ingels ha apodado "la pared desabrochada". La materialidad del proyecto, conformada por fibra de vidrio en marcos metálicos a modo de "ladrillos" del muro es la que ha permitido esta concepción del pabellón. De esta manera, el Pabellón de la Serpentine Gallery 2016 parte de la innovación tecnológica como base de esta yuxtaposición de antónimos, combinando geometrías (rectilínea / ameboide) y transparencias.
Descripción del proyecto por Bjarke Ingels
Hemos decidido trabajar con uno de los elementos más básicos de la arquitectura: el muro de ladrillo. Sin embargo, este muro se erige a partir de marcos extruidos de fibra de vidrio apilados, y no de ladrillos de arcilla o piedra. El muro es entonces moldeado para formar una cavidad en su interior, que alojará los eventos del programa que se lleve a cabo en Pabellón. Esta apertura de la cremallera del muro convierte la línea en superficie, transformando el muro en espacio. Se crea un ambiente complejo y tridimensional que puede ser explorado y experimentado de múltiples maneras, tanto en el exterior como en el interior. En la parte superior, la pared parece una línea recta, mientras que en su zona inferior forma un valle de cobijo en la entrada al Pabellón, y una colina ondulada hacia el Parque.
La pared desabrochada crea un cañón conformado como una cueva iluminada a través de los marcos de fibra de vidrio y los huecos entre las cajas desplazadas, así como a través de la resina translúcida de la fibra de vidrio. Como resultado de esta decisión, el desplazamiento se superpone con el movimiento y la presencia de personas ajenas creará un animado juego de luz y sombra en las paredes del interior de la cueva.
Entre los materiales empleados se incluyen suelos de madera y perfiles extruidos de línea de fibra, que proporcionan un brillo cálido y la textura lineal a todas las superficies, gracias a la malla de fibras de vidrio tejidas a las líneas ondulantes de la veta de la madera.
Esta simple manipulación del arquetípico muro de jardín como determinante del espacio crea una presencia en el parque que varía con el movimiento alrededor del mismo. El alzado norte-sur del pabellón es un rectángulo perfecto. El alzado este-oeste es una silueta escultural ondulante. La fachada este-oeste del Pabellón es completamente opaco y material. Las fachadas de norte y el sur son completamente transparente y prácticamente irrelevante. Entonces, la presencia se convierte en ausencia, lo ortogonal se hace curvilíneo, la estructura se convierte en gesto, y la caja se convierte en gota.