Además, mañana martes 10 de diciembre, tendrá lugar en el Auditorio del Museo Thyssen-Bornemisza la mesa redonda COP25 como campo de trabajo que estará formada por Francesca Thyssen-Bornemisza, fundadora y presidenta de TBA21, el comisario e investigador José Luis de Vicente y los artistas Alexandra Daisy Ginsberg y John Gerrard.
“Western Flag es un objeto de carbono para un mundo en llamas, un monumento para un siglo de consumo. De acuerdo con la COP25, muestra el riesgo potencial que representa el CO2 en una imagen, una manera de representarlo políticamente”, afirma John Gerrard.
La obra Western Flag (Spindletop, Texas), 2017 es una simulación realista de una bandera compuesta por una emisión ininterrumpida de hileras de humo negro. Originalmente encargada para conmemorar el Día de la Tierra de 2017, la obra representa un mástil situado en una réplica perfecta a tiempo real de una salina en Spindletop, Texas, el lugar de nacimiento de la industria moderna del petróleo, en el que se erigió el primer yacimiento petrolífero a principios del siglo XX. Es relativamente desconocido el hecho de que el CO2 resultado de las emisiones de la quema de petróleo en Spindletop todavía existe hoy en día, y es solo una pequeña porción de la creciente y vasta concentración de CO2 que está presente en la atmósfera de la tierra.
Para Gerrard, esta bandera negra hecha de humo es un símbolo del mundo occidental, del voraz consumo de energía y del hiperacelerado orden económico mundial. Es un recordatorio de la lenta agresión ambiental dirigida a la biosfera, que augura el oscuro legado de la supremacía occidental y el colonialismo. Una violencia que es tan indefinida, oscura y creciente que es casi imposible capturarla en imágenes. Una violencia cuyo efecto sufrirán las generaciones venideras.