Con una identidad muy propia, la sencillez y funcionalidad, guían y articulan estos espacios donde el contacto con los protagonistas del mundo ecuestre se realiza de forma marcadamente sensorial.
Descripción del proyecto por Visioarq
La exuberante presencia de la naturaleza en todo el Minho fue un eje estructurador para el desarrollo conceptual de estos establos. El proyecto, en una finca tradicional del Minho, está marcado por un fuerte componente natural en la región donde la expresión de la vegetación, natural y con intervención humana, es visualmente predominante.
En este contexto, la intervención de Visioarq tuvo como premisa principal el encuadramiento del nuevo edificio con el entorno ambiental. La madera de pino natural fue el principal material utilizado, una solución natural no sólo para los revestimientos exteriores e interiores, sino también para la estructura de los edificios que se van a crear.
Los elementos estructurales son claramente los protagonistas del edificio, y todo lo demás se desarrolla a partir de ellos. El esqueleto es la base de la forma y todo lo demás adquiere una lectura secundaria. Con esta jerarquía se pretende, de alguna manera, que los elementos naturales no pierdan el protagonismo y la importancia que merecen, creciendo con el tiempo, envolviendo e integrando cada vez más el edificio propuesto. El uso de la madera en la fachada y en los vanos, con más o menos aberturas, ha permitido también, en términos funcionales, un importante control sobre la iluminación y ventilación natural, proporcionando el confort deseado a este espacio.
No se han olvidado las opciones en cuanto a los detalles, con todos los herrajes y accesorios a diseñar originalmente para estos picaderos, materializando la sencillez y funcionalidad deseada para un espacio con una identidad muy propia, donde el contacto con los protagonistas del mundo ecuestre se realiza de forma marcadamente sensorial.
Para diluir al máximo el peso de cada estructura construida en el entorno, se crearon dos edificios distintos en términos funcionales que, aunque separados física y visualmente, están funcionalmente muy próximos. Los establos, por un lado, y el picadero cubierto, por otro, se complementan con una guía eléctrica y un picadero exterior. Esta solución de fragmentación está pensada para que cada unidad se descubra poco a poco y en diferentes momentos, ya que la propiedad está cubierta, potenciando el elemento sorpresa con la creación de varios momentos distintos.
Estos dos edificios principales se complementan también con un Paddock de Yeguas, una estructura más pequeña apoyada en un corral redondo, respondiendo de forma integrada al programa funcional solicitado.