Es una exposición que llegaba con muchas expectativas, no en vano llegó con 20 años de retraso con respecto a la celebrada en el Macba de Barcelona en 1996. El despliegue de maquetas, dibujos y pinturas desplegado por el museo madrileño ha sido digno de una de las mejores retrospectivas dedicadas al holandés, es posible que no haya sido un existo masivo de público, aunque la afluencia haya sido exitosa, sin embargo ha sido una de esas exposiciones que sin ser masivas son imprescindibles, excepcionalmente sobresalientes, para dar soporte a la cultura contemporánea y mucho más a la madrileña.
Con estos mimbres, el remate final se esperaba que fuese de gala, pues se experimentaba un acuerdo de colaboración del COAM con el Museo Reina Sofía, algo que también merece todos los elogios y, al menos en su planteamiento, podría volver a generar ilusión por ser uno de esos detonantes necesarios que demandan la reactivación cultural de una ciudad como Madrid.
El cartel fue tan prometedor como su decepcionante resultado final.
LA SURFTOPÍA
El invitado de honor era Anthony Vidler, con una ponencia titulada “Hacia una superarquitectura” aunque el título general era "Constant y el derecho a la Ciudad". Para quienes no conozcan al ponente, Anthony Vidler es decano y catedrático de la escuela de arquitectura Irwin S. Chanin de la Cooper Union de Nueva York, historiador y crítico de arquitectura moderna y contemporánea, es autor, entre otros, del prologo al libro de Reyner Banham "Los Angeles. The Architecture of Four Ecologies" (2000) por University of California Press, y de los libros "Warped space: Art, architecture, and anxiety in modern culture (2000) y "The architectural uncanny: Essays in the modern unhomely" (1992), ambos publicados por The MIT Press, o hace cuatro años "Historias del presente inmediato" por Gustavo Gili.
La tarde prometía y tras una invitación directa para asistir terminé de deshojar la margarita y me fui al evento. Tras el saludo típico a algunos conocidos, comenzó el evento con diez minutos de retraso con respecto a la hora fijada.
La conferencia empezó con referencias a las utopías (una buena estrategia si recordamos que Vidler prologó el libro de las surftopías o autopías de Banham), pero estas eran las clásicas, nuevamente Platón y no Aristóteles, nuevamente el manido Tomas Moro y sus ciudades utópicas, creo que con este preludio comenzó a desdibujarse un final esperanzador, o si se quiere utópico, quizá por eso comenzaron a aflorar algunos pequeños problemas logísticos, o serie de causas concomitantes (como diria el malogrado Umberto Eco, que nos dejo ayer). Anthony Vidler se paró en seco, según él los papeles que estaba leyendo no eran los de la conferencia, estaban equivocados.(?) Tras algunas pausas y nuevas arrancadas, intentando encontrar los papeles adecuados, el hilo conductor, la conferencia se convirtió en un repaso de utopías demasido conocidas, en una “deriva” poco edificante, en realidad una "surftopia" mostrando utopías como las de Boullée, Tony Garnier, Antonio Sant'Elia,... Le Corbusier,... Archizoom, Archigram… incluso Aldo Rossi o Krier… aderezada con un poco de contexto topológico y la intención de llegar a la utopía no encontrada. Podíamos haber imaginado que todo era un détournement gráfico pero lamentablemente no fue así. Constant y su Nueva Babilonia tan solo aparecieron en una de las últimas diapositivas con cuatro imágenes juntas, y con algún texto demasiado cogido por los pelos donde Vidler señaló la palabra espacio frente a las ideas de lugar.
Una conferencia que se puede considerar adecuada si la audiencia del auditorio hubiese sido la de un grupo de virginales estudiantes de primero de teoría y crítica. Una conferencia con demasiados estereotipos de cultura arquitectónica anglosajona, con una orgía de imágenes, donde no quedó vivo ni el apuntador en el repaso de figuras a incluir en las supuestas utopías, o distopías terrenales que se habían producido en el siglo XX. Una especie de cacofonía difícilmente entendible por los no arquitectos (que por lo que se preguntó en el coloquio final eran una parte importante de los asistentes) y dificilmente digerible por cualquier arquitecto medianamente formado.
Si de lo que se trataba era de conocer un poco o profundizar en la obra de Constant, en su contexto socio-político, cultural, sus influencias, sus coetáneos, la cultura europea de aquel momento, el grupo COBRA como uno de sus preludios, (formados con sus compañeros de Copenhague, Bruselas y el mismo de Ámsterdam.- Co Br A), su colaboración con Aldo van Eyck o su profunda influencia en la Internacional Situacionista… nada de eso. De sus derivas, détournements, psicogeografías, la influencia del cine, de The Naked City, del urbanismo unitario, del surrealismo europeo, de la libertad o del juego… no, nada de eso, solo utopía enlatada y de consumo fácil, autopías.
Los que esperábamos oír hablar de las utopías sociales, de la influencia del “homo ludens” en la cultura contemporánea, los que creíamos que las condiciones de lugar aflorarían sobre las objetuales o formales, estábamos completamente equivocados. La charla se convirtió en un recetario de historia de la arquitectura, tan solo mejorado por la declaración final a favor de la utopía. Me quedó la tremenda impresión de que la pérdida de los papeles, los de la conferencia, era la mejor imagen gráfica de lo ocurrido, no había sido casual, y además me entró la duda de si era necesario traer a alguien desde tan lejos para dar una charla tan floja. El alumno de Banham, había hecho que al menos todos añorásemos la brillantez del autor de "Los Angeles. Architecture of Four Ecologies" y sus cuatro ecologias (Surfurbia, Autopia, Foothills y The plains of Id) o sus conocidos libros sobre las megaestructuras. Estoy seguro de que Anthony Vidler ha tenido mejores días y mejores conferencias, pero el miércoles dejó la sensación de fiasco.
AUTOPÍAS
La mesa redonda que vino después bajo el título “Otra ciudad para otra vida” estuvo formada por Ethel Baraona, Izaskun Chinchilla, José Peréz de Lama y José Miguel de Prada Poole. Es posible que a alguien todavía le quedasen esperanzas de que se hablase de Constant, de New Babylon, de los ciudadanos o de otra ciudad para otra vida. La realidad fue que Prada Poole nos presentó unas visualizaciones de unas utopías megaestructurales que bien podían haberse planteado hace cincuenta años, aunque no sé si aguantarían una comparación gráfica con las excelentes utopías de los Archigram o los dibujos a mano alzada de Yona Friedman, la breve presentación terminó con una ciudad situada en el espacio como las de las últimas películas de ciencia ficción de Hollywood.
Continuó José Pérez, quizá el más próximo, el que más se acercó a realizar algunas referencias a los situacionistas recuperando la referencia a Xavier Costa y a ese catálogo en libro de textos situacionistas sobre la ciudad, con portadas en color rosa, que muchos atesoramos en nuestra biblioteca. Presentó sus proyectos de nuevos territorios virtuales entre comunidades a los dos lados del estrecho de Gibraltar, sus distopías de plazas wiki y la creación de un sistema intermodal de polos de comunicación. Interesantes sus reflexiones sobre ciertas utopías sociales.
Terminó la primera ronda de presentación de proyectos personales Izaskun Chinchilla, con la presentación del conocido proyecto de pabellón ganado por concurso el pasado verano. Narró su experiencia, explicó el desarrollo del proyecto, por otro lado ya conocido, e interesante proyecto personal, pero fue imposible escuchar su traslación a la obra de Constant. Algo de juego quise ver (hubiese sido interesante esa deriva), pero entre huella ecológica recogiendo ruedas de bicicletas y paraguas ilegales chinos, la presentación fue una crítica a los lobbies de arquitectos que de forma no clara o fraudulenta ganan concursos.
Tras lo que parecía una segunda ronda gestionada por la moderadora, Ethel Baraona, la decepción inicial y la deriva posterior me impidieron seguir en la sala. Cuando salía recordé las palabras de la entrevista del joven y descreído Rem Koolhaas tras entrevistar a Constant, para el Haagse Post, con las que criticaba la postura del entrevistado, por lo que él creía era un aburguesamiento del protagonista al tener un perro pastor alemán y un Citroën 2CV. En esto sí coincidieron todos, ninguno habló de Constant y en general todo fue un contexto fácil de digerir o de aburguesadas teorías de la utopía, surftopías diria Banham.
BIBLIOGRAFÍA PARA CONOCER UN POCO A CONSTANT
- AA.VV. La creación abierta y sus enemigos: textos situacionistas sobre arte y urbanismo, La Piqueta: Madrid, 1977.
- Andreotti, L., Costa, X. Teoría de la deriva y otros textos situacionistas sobre la ciudad. Museu d'Art Contemporani de Barcelona, ACTAR: Barcelona, 1996.
- Andreotti, L., Costa, X. Situacionistas: arte, política. Museu d'Art Contemporani de Barcelona, ACTAR: Barcelona, 1996.
- Stahlhut, H., Steiner, J., Zweifel, S. In girum imus nocte et consumimur igni – The Situationist International (1957 – 1972). JRP Ringier, Museum Tinguely: Zurich, 2006.