Se añade un nuevo nivel, con un aspecto contemporáneo pero modulado en altura y ritmo para no desentonar con el resto de la fachada del edifico histórico madrileño. La fachada sur del edificio es la zona donde más se apreciaría la intervención, superponiendo a la fachada tradicional una envolvente transparente, que alojaría un luminoso y diáfano espacio museístico.
Descripción del proyecto por Garcés - de Seta - Bonet y Pedro Feduchi
La propuesta trata de dar solución a una primera inquietud, ¿cómo se debería de entrar al edificio? Esta inquietud tiene dos causas, una debida a estar la fachada principal al norte y la secundaria, la que tendría que ser usada desde el Campus por el sur, no tener un acceso con las condiciones adecuadas para ser usado. La segunda razón es que el edificio es demasiado estrecho en su eje trasversal y no permite satisfacer correctamente las necesidades que requiere el movimiento de personas que van a usarlo.
A esta dificultad añadimos la preocupación patrimonial de que el anterior edificio retenga al máximo su imagen urbana. Por ello se ha decidido mantener íntegramente la forma en la que posa en el terreno y la totalidad de sus fachadas a excepción de la cubierta. Por supuesto, también se respeta la pieza principal del Salón de Reinos.
Tuvimos la suerte a nuestro favor al comprobar que la pendiente donde se encuentra situado nos permitía hacer una pequeña rampa en la dirección contraria, suficiente para descender de forma suave a una plaza de acceso algo retirada de la fachada y que mediante un ámbito cubierto pudiera conectar con el semisótano existente. Sin modificar la forma en la que el volumen se dispone sobre el suelo, se logra hacer una entrada amplia y confortable que no altera su imagen actual. Esta opción mantendrá todos los antiguos accesos aunque algunos de ellos tendrán un uso muy esporádico.
Una vez resuelta la entrada que, además, podía ser compartida con el Casón del Buen Retiro, nos planteamos otra cuestión: ¿cómo desarrollar en un edificio lineal las circulaciones interiores que permitan mejor su uso? La respuesta estaba otra vez implícita en la configuración histórica del mismo. Las últimas reformas del siglo XX se habían concentrado en la crujía sur adosada al antiguo Salón de Reinos. Si queríamos reforzar la importancia de esta joya histórica engastada dentro del edificio habría que liberarla lo más posible, volverla reconocible. Por ello se ha concentrado la intervención en esta crujía ya que, por un lado, ayuda a identificar la fachada sur original del Salón de Reinos, y por otro, se actúa sobre añadidos de mala calidad.
La propuesta crea un gran vacío apto para introducir allí un atrio vertical que sirva de interconector de todas las plantas del nuevo museo. En él se desarrolla un sistema de escaleras mecánicas de subida que desde el área de acogida conecta de forma rápida todas las plantas, las dos expositivas y la baja de servicios públicos adicionales solicitados en el programa del concurso. Una escalera tradicional, alojada también en este atrio vertical, permite una relajada promenade con vistas a la plaza situada al mediodía por la que descender apaciblemente una vez visitadas las exposiciones.