El estudio Mjölk architekti busca con esta nueva ampliación del cementerio de Vratislavice una nueva forma de proyectar cementerios sin depender de símbolos religiosos pero manteniendo un enfoque digno de esperanza. A este nuevo enfoque lo denominan «arquitectura reconfortante».
La ampliación consta de tres elementos. La pradera de dispersión circular que se complementa con un bosque de faroles conmemorativos, y tiene como objetivo recordar a aquellos familias fallecidos. El bosque busca semejarse al ritual de encender una vela en memoria del difunto.
La pradera de entierro, el cual es un lugar evocador que sirve para el entierro de los restos cremados. Y por último el memorial para los niños no nacidos, que consiste en un espacio con un monumento de piedra, destinado a las familias que perdieron un hijo prematuramente o antes del nacimiento, para despedirse y compartir el dolor.
El lugar final por Mjölk architekti. Fotografía por BoysPlayNice.
Descripción del proyecto por Mjölk architekti
¿Cuál es la naturaleza del dolor y el luto en una sociedad que ya no comparte una visión religiosa o filosófica de la muerte y lo que viene después? En el diseño de la ampliación del cementerio de Vratislavice, se buscó una forma que fuera digna pero que contuviera un rayo de esperanza sin depender de símbolos religiosos. Este enfoque es denominado como «arquitectura reconfortante».
El antiguo cementerio sobre Vratislavice se ha ampliado con varios elementos para dar cabida a los métodos funerarios comunes de la actualidad, como la dispersión o el entierro. Un prado circular para esparcir las cenizas se complementa con una mesa ceremonial hecha de roca de granito sólido extraída de las laderas de las montañas Jizera y un bosque de faroles conmemorativos. Los prados provisionales se encuentran en la parte trasera del cementerio. Bajo un alto abedul, se diseñó un lugar conmemorativo íntimo donde las personas que hubiesen perdido un hijo no nacido pudiesen despedirse. La continuación del camino pavimentado termina con una fuente circular que refleja el cielo sobre nosotros.
Pradera de dispersión
La forma circular de la pradera hace referencia vagamente a la naturaleza cíclica de la vida y nuestra presencia en ella. La pradera está rodeada por un bosque de faroles conmemorativos, elementos que sirven como recuerdo de los enterrados mediante dispersión. Cada elemento está equipado con una placa de latón con el nombre del difunto o el apellido de la familia. Al tocar la parte superior del elemento, los dolientes pueden encender un farol hecho de vidrio esmerilado, que brillará durante las siguientes setenta y dos horas. Esta es una reinterpretación moderna del ritual de encender una vela en memoria del difunto.
Pradera de entierro
Un lugar conmemorativo con un césped cuidado sirve para el entierro de los restos cremados. El entierro se realiza vertiendo las cenizas en un hoyo preparado durante la ceremonia. La tierra del hoyo se devuelve a su lugar original después de la ceremonia. Una vez realizado el entierro, esa parte del césped se ocupa de forma permanente y el siguiente entierro se realiza en el lugar adyacente.
Memorial para los niños no nacidos
Este espacio está destinado a las familia que perdieron un hijo durante el embarazo o poco después del nacimiento. Compartir el dolor, el apoyo espiritual y psicológico y la oportunidad de decir adiós al bebé son esenciales para afrontar este trágico acontecimiento. Bajo un alto abedul, se diseñó un rincón íntimo con un banco y un monumento hecho con una piedra partida, donde las familias pueden colocar sus recuerdos en forma de vela o pequeño objeto.