Dicho funicular con una inclinación de 42º, une las diferentes plantas de forma vertical ayudando a la movilidad de una forma ecológica y a su vez futurista. Destacan los vidrios curvados amarillos sobre la monotonía blanca de la zona, asi como la cubierta en la que se aloja la piscina, la maquinaria del funicular y el conjunto de medidas para la eficiencia del propio hotel, todo ello fusionado como un gran manto azul.
Descripción del proyecto por Atelier Lopezneiraciaurri arquitectura.
Recibimos el encargo de rehabilitar un hotel proyectado en los 70, situado a 183 metros de altura sobre el nivel del mar, que corona una colina densificada en Mogán, isla de Gran Canaria. La intervención, propuesta en diferentes fases, consiste en extender una manta ecológica y de movilidad universal que aporte futuro a la anterior construcción con la implementación de sistemas de energía verde y de transporte inclinado.
En las primeras fases se ha completado la instalación del funicular que, con una inclinación de 42º, garantiza la accesibilidad a los diferentes niveles escalonados en la montaña. Asumimos el reto de crear una infraestructura con alma. Estratégica y poética a partes iguales.
Además de la arquitectura y la estructura, el encargo incluyó el diseño completo de las cabinas para su fabricación. Y de la sinergia de ambos entornos, construcción e industria, ha resultado una obra integral, rica en concepto y también en los detalles. La estructura metálica triangulada se apoya en los diferentes bancales y sobre ella descansan las pasarelas de acceso a los 6 niveles de conexión. En las pasarelas se han utilizado redes tensadas de malla metálica y alfombras azules tendidas en el suelo. Las cabinas se han construido con vidrio curvado y plano amarillo con dos grados distintos de transparencia. Todos los elementos han sido diseñado específicamente para mejorar la experiencia: desde la botonera hasta el estribo.
La antigua cubierta, llena de desniveles y con usos y servicios obsoletos, cobija el conjunto de medidas destinadas a reducir el consumo energético de las zonas comunes del hotel, alojar la maquinaria del funicular, la tierra para las nuevas plantaciones y las piscinas cuyas masas de agua intercambian calor con el sistema renovable de climatización La propia cámara de aire generada en este espacio actúa como ventilación y enfriamiento de los espacios inferiores, reduciendo la necesidad de aporte energético.
Y el resultado último es una alfombra mágica, de color azul, que consigue una experiencia adimensional, fusión de cielo y suelo, de láminas de agua y océano. Que vuela en la cornisa de Puerto Rico y se superpone al hotel existente con descaro.
En la rehabilitación energética está el futuro sostenible de nuestras edificios, pueblos y ciudades. También de nuestras industrias, y la del turismo es un claro ejemplo.
El proyecto ha recibido el premio internacional concedido por Elevator World, principal editorial del sector del transporte en edificios. En la vigésimo segunda edición de sus Annual Project of the Year Awards, considerados los premios internacionales más importantes del sector del transporte y movilidad en la arquitectura, el premio en la categoría "ascensores inclinados" ha recaído en el proyecto de funicular en Gran Canaria.
Los galardonados en las otras categorías han sido: Rehabilitación del Empire State Building, NYC, The Vessel (Thomas Heatherwick), NYC y The Jewel, aeropuerto de Singapur (Safdie Architects).