La Fundació Mies van der Rohe presenta, una pieza site-specific que se muestra como parte de la retrospectiva en el MACBA Política de la Relación - Felix Gonzalez-Torres. La exposición “Untitled” (Loverboy) de Felix Gonzalez-Torres enlaza la sutileza críptica de González-Torres con la propia materialidad del Pabellón.
La sutileza intencionadamente críptica de la obra que se presenta ahora en el Pabellón subraya el impacto de las materialidades de cada superficie. La cortina densa y de color intenso que sumaba con el ónix y la alfombra el tercer color de la bandera alemana, se convierte en un tul azul claro ligerísimo y ondulante que revolotea más allá de donde el ventanal se acaba.
La adaptación de esta pieza al espacio arquitectónico y la sensualidad poética que introduce, nos abre la mirada no solo a la obra presentada si no también a nuevas relecturas del Pabellón.
Ivan Blasi, comisario de los programas de la Fundació Mies van der Rohe que ha coordinado y organizado la propuesta específica para el Pabellón de la pieza, dice.-
La sutileza intencionadamente críptica de la obra que se presenta ahora en el Pabellón subraya el impacto de las materialidades de cada superficie. La cortina densa y de color intenso que sumaba con el ónix y la alfombra el tercer color de la bandera alemana, se convierte en un tul azul claro ligerísimo y ondulante que revolotea más allá de donde el ventanal se acaba.
La adaptación de esta pieza al espacio arquitectónico y la sensualidad poética que introduce, nos abre la mirada no solo a la obra presentada si no también a nuevas relecturas del Pabellón.
Ivan Blasi, comisario de los programas de la Fundació Mies van der Rohe que ha coordinado y organizado la propuesta específica para el Pabellón de la pieza, dice.-
«La presentación de “Untitled” (Loverboy) forma parte de las colaboraciones con equipos e instituciones de la ciudad de Barcelona.
Una cortina azul sustituye a la roja y se acentúan cuestiones referentes a la memoria, la autoridad, la libertad y la identidad nacional; el Pabellón es encargo de la república de Weimar en el período de entreguerras y mientras en España hay una monarquía y dictadura. Una cortina azul que en cada presentación se produce de nuevo y obtiene un número de registro propio, dando una vida continua a la obra.
Una experiencia en el Pabellón absolutamente diferente y muy recomendable.»
Una cortina azul sustituye a la roja y se acentúan cuestiones referentes a la memoria, la autoridad, la libertad y la identidad nacional; el Pabellón es encargo de la república de Weimar en el período de entreguerras y mientras en España hay una monarquía y dictadura. Una cortina azul que en cada presentación se produce de nuevo y obtiene un número de registro propio, dando una vida continua a la obra.
Una experiencia en el Pabellón absolutamente diferente y muy recomendable.»
El azul representa así una reformulación del propio contexto arquitectónico del Pabellón de van der Rohe, que se trató de un encargo de la República de Weimar durante el periodo de entreguerras durante el cual España se veía sumida entre la dictadura y la actual monarquía. Al incluir este color, ausente en ambas banderas, la muestra resignifica el espacio, contextualizándolo en el presente y adaptándolo al contenido mismo de la obra de González-Torres.
En la obra de Gonzalez-Torres ―americano, nacido en Guáimaro (Cuba) en 1957 y fallecido en Miami (Estados Unidos) en 1996 ― siempre en tránsito entre contextos e identidades, el color azul suele representar el amor o la belleza, pero también el miedo.
El hecho de desarrollar un lenguaje sutil sobre la condición queer, que prioriza el romanticismo y reformula el llenguaje del minimalismo y el conceptualismo como vehículos para el contenido afectivo, es una de sus principales aportaciones a su canon estético.
Esta instalación, compuesta por las cortinas de tela translúcida que tiñen de azul la luz del Pabellón Mies van der Rohe, introducen una nueva sensualidad al espacio arquitectónico. Se trata de una obra especial, porque es la única que cada vez que se produce se le asigna un número de inventario nuevo.
Aunque el autor no esté, la pieza sigue evolucionando. El global de la exposición comisariada por Tanya Barson ofrece una lectura política de la obra de Gonzalez-Torres en relación con el discurso postcolonial y con la lucha antifascista, principalmente en España y en las Américas, sus historias compartidas y sus puntos en común, y de qué manera impactan en el ámbito personal a través de cuestiones referentes a la memoria, la autoridad, la libertad y la identidad nacional.
En la exposición, todos estos aspectos se encuentran relacionados, por ejemplo mediante el diálogo entre militarismo y homoerotismo, o miediante el compromiso de Gonzalez-Torres con la idea del monumento, que se puede relacionar con los relatos sobre raza, colonialismo y fascismo.