En relación a los materiales utilizados cabe destacar el uso cerámico que enfatiza y articula la fachada, incluso se introduce en el interior de la vivienda, lo que permite absorber cierto grado de humedad. Además el ladrillo en la zona sanitaria se convierte en rejilla para permitir ventilar el espacio.
Descripción del proyecto por BIZNA estudio (Rocío García + Pedro Torres)
Casa Ja! es una secuencia de situaciones. Una sucesión de habitaciones y retiros que comparten el objetivo de generar espacios para disfrutar y reunirse. La estancia principal, la central: es el salón. Esta pieza permite el paso, comunica el jardín delantero (acceso e invierno) con el jardín trasero (estancia y verano). Desde que se entra en la parcela, se percibe la secuencia jardín-casa-jardín. Mientras crecen los árboles de hoja caduca del jardín delantero, el porche actúa como protección, una sombra para el verano que absorbe y evacua el calor para que no llegue al interior.
El alto techo del cobertizo en el salón permite que el aire caliente suba y sea evacuado por un sencillo sistema (sensor + ventilador) creando confort para el verano. Está flanqueado por dos paredes equipadas, una es de ladrillo que alberga el paso a los dormitorios, los armarios y el aseo. En el otro lado, el muro es de circulación, conecta con el garaje, con la cocina y con el porche de la barbacoa mediante una ventana-barra.
En la parte trasera, casi la mitad de la parcela se convierte en una pradera con la piscina, protegida de la calle. Este lado noreste, más fresco y húmedo, introduce la humedad necesaria para generar una sensación de frescor en las noches de verano. De hecho, la banda de dormitorios se articula mediante un pasillo que va de fachada a fachada, oponiendo dos puertas que permiten que el aire fluya por los pies de las camas. Las mosquiteras se encargan de asegurar la noche, mientras que las persianas aseguran la siesta. El pasillo atraviesa un baño atomizado que maximiza el uso sin multiplicar las piezas. El lado oeste se destina al garaje, que forma parte de la volumetría general, al aseo exterior y al porche trasero, el de verano.
El uso de materiales cerámicos articula y enfatiza la fachada, en la zona de los dormitorios es un zócalo que al girar hacia los porches toma toda la altura, incluso se introduce en el interior. El ladrillo, semi-artesanal, visto, con una amplia junta de mortero, tiene la cualidad de absorber cierto grado de humedad, lo que permite prolongar la situación de confort. Este efecto permite disfrutar de un agradable desayuno en la entrada e incluso de una fresca merienda nocturna en el porche trasero. En el interior, los techos con bóveda de cerámica vista también refuerzan este efecto. El suelo, de cerámica, se extiende como una alfombra hasta el acceso, convirtiéndolo en una extensión de la misma anchura desde el porche y la entrada. El techo de tejas cerámicas entrelazadas está microventilado para evacuar el calor y evitar que llegue al interior. Además, toda la cubierta está rematada con ladrillo, desde los aleros escalonados hasta los remates laterales y los aliviaderos del canalón.
El ladrillo se convierte en un recurso expresivo que junto a las persianas de añil, la volumetría y los grandes muros blancos reconectan la casa con la vivienda tradicional manchega. Los respiraderos, la imagen más reconocible de la casa -ya que es casi lo único que da a la calle- recupera el tradicional "suspirón". El ladrillo también se convierte en rejillas para la cámara sanitaria, alféizares y umbrales mediante ladrillos colocados en cabecera y soldado. Y el color añil, tan característico de los zócalos manchegos, se utiliza para las contraventanas. De este modo, la paleta tradicional se matiza pero no se amplía.
El resultado es una casa donde pasar buenos ratos, para reunir a toda la familia; donde sus habitantes más jóvenes juegan al bádminton en el salón, que también recorren en bicicleta en un circuito interior-exterior. O incluso montan una gran cama elástica en el garaje. Un lugar para disfrutar y compartir.