Descripción del proyecto por FRPO Rodriguez & Oriol ARCHITECTS
Una esquina cerca del Retiro
Esta veterana Editorial madrileña, en su búsqueda de un espacio que le aporte cercanía al público, encuentra un local de unos 200 m2 y 7 balcones a la calle en el límite sur del Barrio Salamanca, en el cruce de las calles Conde de Aranda y Lagasca, a unos metros de la calle de Alcalá y del Retiro. El local, un antiguo bar en una entreplanta de un edificio de más de un siglo de vida, se encuentra a una cierta altura sobre la cota de calle, y requiere una adecuación que aúne flexibilidad, economía de medios y visibilidad. Y todo en un tiempo muy corto.
Flexibilidad
El espacio tiene una triple vocación. Por un lado, debe acoger las oficinas de la editorial. Por otro lado, debe servir como punto de exposición y venta de la misma editorial, y adicionalmente, debe dar respuesta a la vocación cultural de la empresa, y ser capaz de alojar eventos, exposiciones, presentaciones y debates, y proyectarlos hacia el exterior con eficacia.
La convivencia de estos tres usos se articula en torno a una sala de reuniones que ocupa el centro de la planta, y alrededor de la cual basculan el espacio para las oficinas, el acceso y la sala de exposiciones y eventos sobre la calle Lagasca, y un espacio de lectura en la privilegiada esquina entre ambas calles. En la sala sobre la calle Lagasca, esta demanda de flexibilidad se materializa en una mesa suspendida de unos cables de acero que sirve de expositor de libros y, mediante un sencillo mecanismo, puede ser recogida en el techo para dejar libre el espacio, que se transforma así en una sala de exposiciones y conferencias.
Color y textura
En términos materiales, la intervención se plantea como como una operación superficial. Mediante el uso de pinturas de distinto tipo y mismo color -amarillo, blanco y pizarra- el espacio se unifica, se expande.
El soporte original, con sus techos de tablas de madera, sus instalaciones superpuestas a lo largo de los años, su suelo de baldosas, su interior de ladrillo y su estructura de madera empresillada, se pinta, en blanco o amarillo. Y además se hace de una manera radical, superponiendo a la geometría original otra geometría levemente desplazada que conecta, separa y cualifica ligeramente los espacios. Y que los tiñe de amarillo, los ilumina y les da calidez. Las salas que ahora forman este espacio continuo se fragmentan mediante grandes tableros a modo de puertas correderas. De manera puntual, algunas paredes se pintan en negro pizarra o se cubren de espejo. Un par de muebles ordenan el acceso, esconden el almacenaje y sirven de expositores para los libros.
Visibilidad
La intervención está dirigida a construir una imagen que aporte una cierta visibilidad a la labor difusora de esta editorial. Los balcones a la calle Lagasca ofrecen una magnífica oportunidad para que el interior asome a la calle. Unos sencillos toldos de metacrilato sostenidos por una varilla de acero y anclados a los dinteles mediante unas bisagras básicas, marcan los balcones e invitan a mirar al interior.