En cuanto a la construcción y materialidad del proyecto, la casa se ha construido mediante una estructura mixta de hormigón y acero, misma que no altera la topografía original del terreno.
Casa 22 Avellaners por Guillem Carrera. Fotografía por Adrià Goula
Descripción del proyecto por Guillem Carrera
Santes Creus es la capital del municipio de Aiguamúrcia. Está situado a la orilla izquierda del río Gaià, alrededor del Real monasterio de Santa Maria de Santes Creus, una de las joyas del arte cisterciense del siglo XII en Cataluña. Creado en 1843 en las antiguas dependencias del monasterio, el pueblo comprende lugares de interés relacionados con el edificio monástico como el puente de piedra, la cruz del periodo gótico, la pequeña iglesia barroca de Santa Llúcia y la antigua bodega cooperativa modernista. Siguiendo la calle principal, que lleva al monasterio, en el desvío de donde sale la carretera de Aiguamúrcia, hay la conocida alameda de Santes Creus, única como bosque de ribera de todo Cataluña, declarada espacio de interés natural.
El emplazamiento de ésta casa forma parte de la ampliación del casco urbano que se desarrolló en Santes Creus a finales del siglo XX y principios del siglo XXI para obtener dos piezas públicas destinadas a equipamientos y a aparcamiento para visitantes del monasterio, a la vez que crear una nueva área residencial de viviendas unifamiliares entre medianeras, que se ha ido consolidando en los últimos veinte años.
La observación y análisis de las dos viviendas vecinas existentes construidas en esta área puso de relieve que mientras la vivienda situada al sur está construida aprovechando al máximo el solar y el volumen edificable permitido –y por tanto, tapando en gran medida la iluminación natural que se percibía en origen desde el sur-, la vivienda situada al norte está construida sobre dos parcelas y presenta una forma y volumetría más propia de una vivienda unifamiliar aislada. Hechos por los cuales las visuales más liberadas debido a la existencia de estas construcciones son la visual este (el terreno limita con un cambio acusado de topografía mediante una elevación tipo montañosa), la visual norte (debido a que el vecino no ha utilizado toda la volumetría y edificabilidad posible, a partir de la planta segunda se percibe ampliamente el paisaje de la zona) y la visual oeste (la que da a la calle).
En respuesta a éste análisis, la Casa 22 Avellaners adopta tres estrategias singulares: en primer lugar, situar una volumetría escalonada que se integra en las diferentes alturas que presentan las edificaciones vecinas. En segundo lugar, conectar esta volumetría con el paisaje mediante aperturas a las visuales este y oeste (en planta baja y planta primera), y a la visual norte (en planta segunda, una vez superada la altura de la construcción vecina), para captar al máximo posible la iluminación natural y para disfrutar de las mejores visuales. Y en tercer lugar, crear una relación volumétrica vacío y lleno entre las diferentes estancias en el interior de la vivienda, mediante la figura de tres grandes vacíos (dos dobles espacios y un triple espacio) dentro del lleno (la volumetría construida de la vivienda). De éste modo se crea una riqueza de relaciones interiores, tanto espaciales como de conexión visual, que pretenden que los diferentes espacios que conforman el proyecto se perciban amplios, luminosos y se relacionen entre ellos de una manera abierta y continúa. Para complementar la captación de luz natural, se sitúa un lucernario en la cubierta de uno de los dobles espacios y se conecta visualmente el triple espacio donde está situada la escalera con el espacio polivalente de planta segunda, de forma que la parte central de la casa queda iluminada de manera natural durante el día.
La casa articula su estructura vertical de circulación mediante la escalera, que en el interior resulta la protagonista principal. Se sitúa en un lugar específico y concreto para que la conexión con cada una de las tres plantas se lleve a cabo en el punto óptimo y de forma que ésta participe de los diferentes espacios concebidos.
La planta baja contiene el acceso a la casa y una conexión lineal a nivel visual y de circulación con el jardín posterior. En ésta planta encontramos una franja inicial configurada por el garaje, una habitación y un baño, y una segunda franja configurada por un espacio que integra la cocina, el cuarto de estar y el comedor, conectando además con las plantas segunda y tercera mediante los dobles y triple espacios que unen visual y funcionalmente la zona de día con el estudio y la zona de juegos en planta primera, y con el espacio polivalente en planta segunda. Completan el programa dos habitaciones, una terraza y un baño en planta primera y una terraza-mirador en planta segunda.
La volumetría se ha construido mediante una estructura mixta de hormigón y acero, sin alterar la topografía original. En el exterior de la vivienda, se ha optado por una materialidad resultante de la aplicación de materiales con técnicas de fabricación y aplicación tradicionales y de proximidad, tales como el mortero de cal, la cerámica artesanal, el acero y la madera. En cuanto a los espacios no edificados, éstos se han pavimentado el mínimo posible en las zonas más próximas en la casa, y en cuanto al resto se han destinado a espacios verdes ajardinados o destinados al cultivo de huerto. En el interior de la vivienda se ha optado por dejar mayoritariamente el hormigón visto en los techos y escalera interiores, contraponiendo la textura gruesa de éste material con la ligereza del acero que configura los pilares en cruz de planta baja y la barandilla. Complementando el hormigón y el acero, se disponen varios elementos de madera y cerámica tradicional tales como pavimentos, revestimientos y mobiliario, que pretenden crear unos espacios interiores luminosos, sencillos, prácticos, confortables y cálidos, que generen emociones a sus usuarios.
La eficiencia energética ha sido una premisa en la concepción de ésta vivienda. Se ha logrado utilizando soluciones de arquitectura solar pasiva y de captación de luz indirecta, que conjuntamente con el propio sistema constructivo y el estudio exhaustivo de la composición de las diferentes pieles del edificio y de su comportamiento térmico, han hecho que ésta vivienda haya obtenido una certificación energética A.