El resultado del proyecto combina de manera armoniosa los nuevos elementos y zonas añadidas con lo rehabilitado. Esto se consigue gracias a que lo nuevo resulta prácticamente invisibles de cara al exterior de la parcela.
Descripción del proyecto por Floret Arquitectura
El territorio «Caminhos do Romântico» en la ciudad de Oporto (Portugal) tiene características únicas, combinando casas burguesas con viviendas populares, jardines llenos de camelias y otras especies exóticas, huertas y patios traseros, pero también varios ejemplos de arqueología industrial.
Una parte importante de estas rutas se compone de caminos que tienen características marcadamente rurales, con paredes altas de las antiguas granjas y las fuentes y lavaderos comunitarios. Nuestra intervención se encuentra en una de estas rutas, más específicamente en la ruta que va del Gólgota a Massarelos, que comprende puntos como la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Oporto, la «Casa da Agustina Bessa-Luís» y otras casas burguesas y barrios de trabajadores. Todo el conjunto está rodeado por una densa zona verde y el río Duero, en el fondo, es un elemento omnipresente.
La casa primitiva estaba completamente en ruinas y se recuperó utilizando las técnicas y el lenguaje arquitectónico convencional del período histórico de origen. La ampliación del edificio se realizó en un nivel inferior, aprovechando las terrazas, utilizando madera y hormigón, delimitando claramente la adición y el espacio original en términos cronológicos.
Se recuperaron todas las paredes del perímetro, así como los muros de contención de las terrazas, lo mismo sucedió con el jardín, al preservar las especies existentes e incorporar otras que concuerdan con la especificidad del lugar. La piscina fue diseñada para no cambiar el terreno. El resultado general ha demostrado ser bastante armonioso, con los nuevos elementos añadidos que son prácticamente invisibles para cualquiera que viaje por «Caminhos do Romântico».
El terreno se extiende sobre tres terrazas orientadas al este con un edificio de cuatro pisos destinado a la zona más privada. Dado el pequeño tamaño de este edificio, se propuso ampliar el área mediante la introducción de dos elementos nuevos: un volumen para extender el área de la vivienda y una piscina.
El nuevo volumen incluye áreas para un mayor uso público, como el vestíbulo, la cocina, la sala de estar y la piscina. Aparece perpendicularmente al edificio existente y consta de dos plantas, que se extienden hacia el este, siguiendo y relacionándose en varios niveles con las terrazas a nivel del terreno, distribuyendo así los diferentes usos según las diferentes zonas.
Esta intervención logró conciliar las necesidades de una familia numerosa con las condiciones resultantes de la recuperación del patrimonio construido, respetando la especificidad del lugar y el propio Plan Maestro Municipal.
La solución encontrada, el acoplamiento de un cuerpo de madera y vidrio, permite expandir la sala de estar del edificio al tiempo que preserva la integridad de la preexistencia y sin entrar en conflicto con ella, al tiempo que permite una comunicación completa y efectiva con el jardín. La elección de la madera hace posible, de alguna manera, eliminar el peso de la expansión relativamente extensa que tuvo que llevarse a cabo, y diferenciar la intervención contemporánea del edificio del siglo XIX.