El equipo español Improvistos fue anunciado como ganador absoluto el pasado més, el 11 de abril de 2014, en Medellín en el contexto del séptimo Foro Urbano Mundial. Improvistos ganó el primer premio en el Concurso de Revitalización de Vivienda Urbana organizado por UN-Habitat. El segundo premio fue una actuación en un bidonville de Casablanca (Marruecos) y el tercer premio un slum en Dhaka (Bangladesh).
El proyecto ganador fue seleccionado de entre un total de 752 propuestas de todo el mundo. Improvistos, el equipo formado por María Tula García Méndez y Gonzalo Navarrete Mancebo, propusieron una estrategia a diferentes escalas para la revitalización de Orba, un barrio residencial en la periferia de Valencia (España). El barrio tiene unas altas tasas de paro y la propuesta propone involucrarse en un taller para enseñar oficios de la construcción, especialmente en la madera dado que el principal trabajo de la ciudad durante el boom de la construcción era el de la madera.
Las intervenciones propuestas se plantean con criterios temporales y reversibles, reutilizando aquellas viviendas vacías o no utilizadas, a través de la reconfiguración espacial interior, utilizando algunos espacios como espacio común y para uso de oficinas. En el exterior, las adiciones temporales construidas en madera reconfiguran la circulación y añaden funciones comunitarias como invernaderos en la azotea.
La propuesta también incluye la idea de reintroducir reservas naturales locales y recuperar espacio público, relocalizando las zonas de estacionamiento en los bordes del barrio.
Descripción del proyecto por Improvistos.
El punto de partida es valorar la situación clave de esta localidad, que forma parte de la lengua de urbanización extendiéndose desde la ciudad hacia el sur. La restauración de la continuidad entre ecosistemas y unidades de paisaje, especialmente la tradicional Huerta Valenciana al Oeste, el Parque Natural de L’Albufera al Este y la propia zona de expansión urbana, constituye el marco para la intervención en el barrio. La recuperación de acequias, la implantación de nuevos corredores ecológicos y la introducción de espacios de amortiguación entre áreas más antropizadas y zonas protegidas deberán devolver las conexiones mínimas al territorio fragmentado.
Esta zona residencial, compuesta por bloques lineales de los años sesenta con viviendas muy similares entre sí, tiene una alta tasa de desempleo desde que la industria del mueble y la construcción no ofrecen oportunidades de trabajo. La población envejecida sufre la obsolescencia de la edificación en cuanto a diversidad y eficiencia energética. Sin embargo, los habitantes están socialmente activos y las asociaciones vecinales ya consiguieron en el pasado que la zona disfrutase de servicios y equipamientos básicos de los que carecía. Hoy reivindican alquileres sociales y la condonación de la deuda para personas desahuciadas.
En este contexto, las posibilidades de mejora se basan en la actividad de las personas que residen aquí. El proyecto explora un nuevo proceso de transformación a través de intervenciones en los ciclos de la madera, el agua, la energía y la actividad productiva. En estrecha relación con la rehabilitación del espacio público y el fomento de la movilidad con protagonismo del peatón, se debe impulsar la producción energética local, la creación de negocios sostenibles y el consumo de la huerta cercana.
La atención especial a una escala menor de intervención es importante si se quiere partir del proceso comunitario existente. Cada portal da acceso a 16 ó 20 viviendas, 4 por planta organizadas en ‘H’ en torno al núcleo de comunicación vertical. Hay viviendas vacías, viviendas en las que habita una sola persona mayor y viviendas en las que una familia numerosa apenas tiene sitio. Un sistema comunitario de intercambio de espacios, bienes y servicios permitiría a las personas ofrecer lo que no usan y obtener algo que necesitan. La comunidad de propietarios de cada portal puede entonces gestionar nuevas capas de espacio compartido e integrar nuevos usos. Se propone el prediseño de una serie de elementos estructurales, de partición, de cerramiento y de mobiliario en madera para aumentar la flexibilidad y diversidad de espacios con cambios modificables, replicables y de bajo coste.
Las empresas, la administración y los ciudadanos pueden trabajar juntos en la identificación de retos y el diseño colaborativo de soluciones, pero el proceso se escapa al alcance de este trabajo. Improvistos pretende facilitar el inicio, como un actor más en la transformación del barrio. Con el respaldo que supone el premio de Naciones Unidas, buscamos ahora continuar colaborando con los vecinos y el ayuntamiento. Su objetivo es aportar y desarrollar ideas que combinen aspectos sociales, económicos, ambientales y urbanísticos para atender a las necesidades reales de las personas.
CRÉDITOS.-
Localización.- Orba, Valencia, España.
Título de la propuesta.- Recooperation
Arquitectos.- Improvistos. Equipo de diseño.- María García Méndez y Gonzalo Navarrete Mancebo.
Colaboradores.- Álvaro Soto Aguirre, Asociación de Vecinos Parque Alcosa-Los Alfalares, Ayuntamiento de Alfafar, Universidad Politécnica de Valencia, Universidad Politécnica de Madrid y vecinos del barrio Orba de Valencia.