"No hay crisis de refugiados, sólo crisis humana ... al tratar con los refugiados hemos perdido nuestros valores más básicos" son las palabras articuladas por Ai Weiwei en respuesta al desastre humanitario actual. Ai Weiwei (1957) es el artista contemporáneo más conocido de China y recibió reconocimiento internacional gracias a sus innovadoras y provocativas obras.
En el gran hall, de la Galería Nacional de Praga, hay un gran bote inflable con figuras hinchables humanas de los refugiados, a las que se las ha aumentado de tamaño respecto al de una persona normal, acompañados de una gran bola amarilla en la que se refleja la instalación. El artista mostró así su experiencia cuando estuvo en uno de los botes de refugiados.
La crisis humanitaria se ha vuelto especialmente grave desde el año 2015, cuando la afluencia de refugiados a Europa desde Siria y otros lugares aumentó dramáticamente. El coordinador de emergecias de la ONU, Stephen O'Brien, lo ha descrito como "un matadero, una completo derretimiento de la humanidad, el ápice del horror". Durante sus visitas a los campos de refugiados en la isla griega de Lesvos, o en la frontera entre Grecia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Ai Weiwei concibió varios proyectos de arte dedicados a la odisea global contemporánea mientras filmaba el documental Human Flow que se estrenará en 2017. Un devastador documento sobre el exilio, la película es "un viaje personal, un intento de entender las condiciones de la humanidad en nuestros días".
La exposición está acompañada de otras obras de Ai Weiwei. Laundromat (2016) es un retrato subversivo del despojo y el desplazamiento. With Flowers (2013-2015) presenta el intento específico de Weiwei de realizar un autorretrato conmemorativo en tiempos de confinamiento. Snake Ceiling (2009) se dedica a los más de 5.000 escolares que perdieron la vida durante un terremoto en la provincia china de Sichuan en 2008. Travelling Light (2007) es una reflexión sobre el pasado y su fuerza para proyectar el futuro.
La Galería Nacional de Praga, cuando fue construida (terminada en 1928), fue el edificio más grande perteneciente a su tipología en el mundo y el primer edificio funcionalista de Praga. Hoy en día sirve a las necesidades de la Galería Nacional.