Open House Madrid 2016 incorpora nuevos nombres a su lista de visitas, y entre ellos te invita a descubrir este tesoro brutalista escondido, obra del arquitecto Sánchez-Robles Tarín a finales de los años '60, claramente influenciado por los grandes maestros de la arquitectura moderna.
Entre 1967 y 1970, el arquitecto Cecilio Sánchez-Robles Tarín levantó un conjunto arquitectónico de una iglesia, convento y oficinas, que a pesar de su llamativa presencia en la calle Conde de Peñalver en el barrio de Salamanca, a día de hoy es un tesoro por descubrir.
El arquitecto diseñó el conjunto claramente influenciado por el estilo de Le Corbusier, y recuerda a proyectos como el Palacio de la Asamblea de Chandigarh, en India, cuya construcción finalizó en 1962, sólo 5 años antes.
Pero su singularidad no reside en su estilo, si no en la forma en la que resuelve los diversos usos que acoge, diferenciando volúmenes de gran claridad formal, que se unifican con el uso del hormigón bruto en todos los elementos.
Los elementos verticales que se observan en fachada enmarcan la iglesia, a la vez que diferencian las funciones que suceden en su interior. La gran lámina curva de hormigón se inclina hacia el interior del espacio de la iglesia, acogiendo a los fieles, pasando de una escala grandiosa de cara a la calle, a una humana en el interior, donde vuelve a producirse la sorpresa tras avanzar este tramo bajo el coro, con la aparición del gran espacio de reunión.
El tratamiento que se hace de la iluminación natural refuerza esa sorpresa del interior, pasando del cálidamente iluminado exterior habitual de la capital, a la entrada casi a oscuras. En el gran espacio interior encontramos una cubierta fracturada, que permiten el paso sutil de la luz al espacio de culto, de forma más perpendicular sobre el altar.
Sobre el espacio de la iglesia se encuentra el convento, donde se repite la fórmula de la bandeja curva de hormigón en fachada, aunque a una escala menor y con propósito diferente: proteger las habitaciones del ruido y actividad de la transitada calle. Gracias a la repetición de esta estrategia formal se consigue la unidad del conjunto.
La fachada del edificio de oficinas, al otro lado del campanario, se resuelve a base de brise-soleils, de nuevo un recurso muy utilizado por Le Corbusier para la protección solar.
Entre 1967 y 1970, el arquitecto Cecilio Sánchez-Robles Tarín levantó un conjunto arquitectónico de una iglesia, convento y oficinas, que a pesar de su llamativa presencia en la calle Conde de Peñalver en el barrio de Salamanca, a día de hoy es un tesoro por descubrir.
El arquitecto diseñó el conjunto claramente influenciado por el estilo de Le Corbusier, y recuerda a proyectos como el Palacio de la Asamblea de Chandigarh, en India, cuya construcción finalizó en 1962, sólo 5 años antes.
Pero su singularidad no reside en su estilo, si no en la forma en la que resuelve los diversos usos que acoge, diferenciando volúmenes de gran claridad formal, que se unifican con el uso del hormigón bruto en todos los elementos.
Los elementos verticales que se observan en fachada enmarcan la iglesia, a la vez que diferencian las funciones que suceden en su interior. La gran lámina curva de hormigón se inclina hacia el interior del espacio de la iglesia, acogiendo a los fieles, pasando de una escala grandiosa de cara a la calle, a una humana en el interior, donde vuelve a producirse la sorpresa tras avanzar este tramo bajo el coro, con la aparición del gran espacio de reunión.
El tratamiento que se hace de la iluminación natural refuerza esa sorpresa del interior, pasando del cálidamente iluminado exterior habitual de la capital, a la entrada casi a oscuras. En el gran espacio interior encontramos una cubierta fracturada, que permiten el paso sutil de la luz al espacio de culto, de forma más perpendicular sobre el altar.
Sobre el espacio de la iglesia se encuentra el convento, donde se repite la fórmula de la bandeja curva de hormigón en fachada, aunque a una escala menor y con propósito diferente: proteger las habitaciones del ruido y actividad de la transitada calle. Gracias a la repetición de esta estrategia formal se consigue la unidad del conjunto.
La fachada del edificio de oficinas, al otro lado del campanario, se resuelve a base de brise-soleils, de nuevo un recurso muy utilizado por Le Corbusier para la protección solar.
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE FILIPINAS.
Donde.- Calle del Conde de Peñalver, 40. Madrid.
Cuando.- Lunes 03 de octubre y martes 04 de octubre, de 17:00 a 19:00 h.
Inscripción.- No necesita inscripción previa.