Desde el año 1989 hasta su fallecimiento Enric Miralles utilizó la herramienta del collage tanto para documentarse en primeras instancias de proyecto como para el proceso de elaboración de proyecto en fases más avanzadas. El collage permite al arquitecto catalán constatar la realidad de un lugar enriqueciendo su visión espacial y al mismo tiempo evitar las limitaciones estáticas de una fotografía.
Descripción por Fundació Enric Miralles
La exposición MIRALLES. Photos & Collages forma parte de los eventos MIRALLES, impulsados por la Fundació Enric Miralles con el apoyo del Ajuntament de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, con la finalidad de homenajear la figura del arquitecto catalán Enric Miralles en sus múltiples facetas como creador, y de cuyo fallecimiento se cumplieron 20 años el pasado 2020.
Los comisarios de los eventos MIRALLES son Benedetta Tagliabue y Joan Roig i Duran, y también colaboran el estudio de arquitectura Miralles Tagliabue EMBT, l’Escola Tècnica Superior d’Arquitectura (ETSAB) y el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC).
La exposición MIRALLES. Photos & Collages quiere mostrar el legado de Enric Miralles a través de su mirada fotográfica y de la creación de sus collages, herramienta personal y poética importante en su proceso creativo, tanto para explorar proyectos como para documentar momentos interesantes de viajes o de vida.
«El collage es un documento que fija un pensamiento en un lugar de manera vaga, deformada y deformable... fija una realidad para poder trabajar con ella».
Enric Miralles, 1995
MIRALLES. Photos & Collages está comisariada por Salvador Gilabert Sanz, profesor y jefe de proyectos de Miralles Tagliabue EMBT. Es la primera vez que se realiza una muestra tan amplia centrada en esta faceta del arquitecto. La exposición recoge cerca de 170 collages.
La gran cantidad y diversidad de material que se encuentra en el archivo de la Fundació Enric Miralles indican que el collage le servía para pensar y que trabajaba sistemáticamente, casi compulsivamente, en este formato. A través de este formato se ilustra su manera de aprender, mirar y de proyectar, poniendo valor en el detalle y en la actividad cotidiana.
Miralles da diversos usos a esta técnica. En primera instancia, la utiliza para documentarse. Para él era fundamental recabar información exhaustiva acerca del lugar donde se iba a desarrollar un proyecto, de la historia, de la tipografía y de la naturaleza, de modo que tomaba muchas fotos de los elementos preexistentes. De hecho, en algunos de sus cuadernos de apuntes ya trabaja la información con este formato. El collage se convierte en una introducción al contexto, en el punto de partida del proceso creativo, o como decía él, en ”una manera de engancharse al lugar”.
En una segunda fase, el collage le sirve como herramienta para el proceso de elaboración. En este proceso Miralles mezcla técnicas con total libertad, collage con dibujo, planos que pueden convertirse en collage, etc.
Avanzando en el proceso creativo, este formato le va a permitir fragmentar. Miralles quería captar la realidad del lugar, pero no quería usar la fotografía como algo estático porque esto generaba una mirada limitada. Al fragmentar la imagen obtiene distintos puntos de vista sobre el objeto y enriquece la visión espacial. El cuarto propósito que otorga al collage es el lúdico. Con esta técnica juega sobre sus propios proyectos, los deconstruye y los vuelve a construir, o utiliza este lenguaje para exponer su obra ante otros.
Miralles no se jacta de crear de la nada, al contrario, admira públicamente a sus referentes, entre los que se encuentran arquitectos y artistas de todas las disciplinas. Inspirados por David Hockney (Enric definía sus fotomontajes como “fotos Hockney”) y también por Gordon Matta-Clark o por los artistas surrealistas, estos fotocollages quieren experimentar con la simultaneidad de la percepción. Cómo explica el mismo Miralles, estos montajes pretenden hacer olvidar la tradición de la perspectiva y su manera de representar y pensar la realidad física de las cosas. Escapan al único punto de vista e introducen cierta deconstrucción, casi como croquis simultáneos con múltiples visiones de un mismo momento. Son fundamentales para entender la obra de Enric Miralles.
En el recorrido de la exposición se encontrarán fotomontajes de varias épocas, desde el 1989, donde empieza a utilizarlos, hasta el 2000, con diferentes técnicas (montajes, collages, recortes o “*Cut outs”…).
El formato más habitual de collage es de 100*70cm, lo que le permite integrar entre 40 y 50 fotografías aproximadamente, pero existen versiones en las que duplica e incluso cuatriplica este tamaño, llegando a crear piezas de 200*140cm.
La exposición se organiza de manera cronológica, pero también agrupando los temas de la documentación de lugares y de obras, de la creación de proyectos, del aprendizaje durante los viajes, mirando otros arquitectos y arquitecturas, y de la mirada cariñosa a momentos de la propia vida personal, momentos muchas veces mezclados entre sí.
Se añaden maquetas, libretas, croquis y dibujos que tienen relación directa con el tema del montaje. La mayoría de estos materiales se presentan al público por primera vez y son inéditos.
El sistema de exposición fue diseñado personalmente por Miralles para la feria ARCO del año 1996 pero finalmente no pudo llevarse a cabo, y esta será la primera vez que se muestre al público.