En la década de 1950, el lago Mahopac era un destino de verano de clase media muy cerca de Nueva York. Por aquel entonces Wright tenía 83 años y ya disfrutaba de la satisfacción de un trabajo bien hecho y de la fama que le reportó el Museo Solomon R. Guggenheim.
Los 11 acres rocosos con forma de corazón de la isla de Petre le llegaron en un buen momento tanto personal como creativo. Después de décadas de turbulencias emocionales y financieras su vida parecía llegar a un equilibrio.
Un ingeniero llamado A.K. Chahroudi encargó a Wright diseñar una residencia frente a la costa con un voladizo que pudiera competir con la famosa Casa de la Cascada (1935). La casa de invitados que se encontró Massaro era sólo un apéndice de esta casa principal. Al parecer el ingeniero no pudo llevar a cabo la obra por falta de fondos, llegando a vender la isla, pero las copias de los dibujos siempre estuvieron en manos de su familia. Según Massaro, la viuda de Chahroudi confesó que nunca tuvo la intención de construir la vivienda principal. Lo único que sobrevivió del encargo del ingeniero fueron cinco dibujos, incluyendo una planta con ideas de mobiliario, una sección y tres alzados.
Una tarde de verano a finales de los 90 Massaro recibe una llamada de su mujer alertando que un desconocido estaba intentando llegar a la isla. Una semana más tarde el desconocido contactó directamente con Massaro, presentándose como Thomas A. Heinz, arquitecto de Illinois y autor de numerosos libros sobre Wright. Le explicó al dueño que había realizado reportajes fotográficos de todas las obras de Wright existentes, excepto esta vivienda. De esta manera Massaro conoció al que sería el arquitecto que le ayudaría a construir la casa.
Heinz realizaría un modelo virtual de la vivienda adaptándola a los requerimientos actuales. Proporciona soluciones de calefacción y refrigeración.
El punto en común con la Casa de la Cascada es que no se limita a situar el edificio en su ubicación, sino que lo acomoda incorporando la topografía. Una roca de 3,7 metros de altura y 18 metros de largo atraviesa toda la casa. Cuenta con una cubierta en voladizo que se extiende 7,6 metros sobre el lago. El recibidor, de 5,5 metros de altura, se ilumina por 26 claraboyas.
Sin embargo, la Fundación Frank Lloyd Wright se negó a aceptar la casa como auténtica. Según Massaro, la fundación le pidió 450.000 $ por hacer los planos a partir de bocetos de Wright y supervisar la construcción de la casa. Después de contratar a Thomas Heinz, la fundación presentó una demanda, que terminó en un acuerdo que limitaba a Massaro a la hora de referirse a la estructura bajo los siguientes términos: “inspirada en Frank Lloyd Wright”.
Los puristas critican de Massaro el uso de claraboyas curvas en lugar de planas o alterar la forma de colocar las piedras de las fachadas. El dueño se defiende aclarando que el mobiliario y las habitaciones son idénticas al diseño de Wright.
En el 2013 se rumoreó que la actriz Angelina Jolie quería regalarle la isla a su entonces marido Brad Pitt por su 50 cumpleaños. De todos es sabido que el actor es un fanático de la arquitectura y de Frank Lloyd Wright en particular. Hace una semanas, después del anuncio de su divorcio se anunció que deberían decidir quien se quedaría la vivienda. Sin embargo la venta nunca se llevó a efectuar y Massaro continúa alquilando la vivienda para eventos sociales.