Fundación MAPFRE ha presentado este martes en Madrid la exposición del norteamericano Lewis Baltz (Newport Beach, California, 1945- París, 2014), uno de los fotógrafos más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
Su obra se ha relacionado tradicionalmente con el movimiento New Topographics, que surge en torno a la exposición colectiva del mismo nombre, organizada en 1975 por la George Eastman House en Rochester (Nueva York) y que fue esencial para el desarrollo de la fotografía conceptual.
De apariencia técnica, delgadas, casi inmateriales, las fotografías de Baltz resultan sorprendentemente frías y carentes de emoción. Gracias a su actitud crítica como fotógrafo y artista conceptual, Baltz creó lo que se puede llamar una nueva imagen fotográfica de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX. Contrario a la idealizada visión de la naturaleza norteamericana, fotografió las zonas residenciales que proliferaban en la periferia de las ciudades; el paisaje como un territorio progresivamente ocupado.
Lewis Baltz comenzó a tomar fotografías con tan sólo 12 años, estudió en el San Francisco Art Institute (1969) y en el Claremont Graduate School de California (1972). De esta época datan sus primeros trabajos, The Prototype Works y The Tract Houses, serie que expone en 1971 en la influyente galería neoyorkina de Leo Castelli.
Su obra se ha relacionado tradicionalmente con el movimiento New Topographics, que surge en torno a la exposición colectiva del mismo nombre, organizada en 1975 por la George Eastman House en Rochester (Nueva York) y que fue esencial para el desarrollo de la fotografía conceptual.
De apariencia técnica, delgadas, casi inmateriales, las fotografías de Baltz resultan sorprendentemente frías y carentes de emoción. Gracias a su actitud crítica como fotógrafo y artista conceptual, Baltz creó lo que se puede llamar una nueva imagen fotográfica de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX. Contrario a la idealizada visión de la naturaleza norteamericana, fotografió las zonas residenciales que proliferaban en la periferia de las ciudades; el paisaje como un territorio progresivamente ocupado.
Lewis Baltz comenzó a tomar fotografías con tan sólo 12 años, estudió en el San Francisco Art Institute (1969) y en el Claremont Graduate School de California (1972). De esta época datan sus primeros trabajos, The Prototype Works y The Tract Houses, serie que expone en 1971 en la influyente galería neoyorkina de Leo Castelli.
En sus obras, Baltz deja de mirar a la naturaleza intacta, a los parques nacionales, volviendo la mirada hacia las ciudades, al paisaje usado, gastado, transformado, capitalizado, a los suburbios que crecían con rapidez y proliferaban en las ciudades estadounidenses. El paisaje se ha convertido en territorio, delimitador, excluyente, pero ante todo ocupado.
Sus series Tract Houses, New Industrial Parks near Irvine, California, Maryland, Nevada, Park City, St. Quentin Point, Continuous Fire Polar Circle, Near Reno y Candlestick Point exploran estas nuevas ideas en torno al paisaje. Comenzadas a finales de los años sesenta y realizadas hasta 1989, todas ellas se componen de pequeñas fotografías en blanco y negro que el fotógrafo disponía meticulosamente en la pared en cuadrículas ordenadas de un determinado modo según la serie.
A partir de 1989 la obra de Baltz experimenta una transformación radical. En esta segunda etapa sigue presente en su trabajo la idea fundamental de que el urbanismo (y toda la vida actual) es la materialización del poder y que el poder es en sí mismo una ideología, pero con un nuevo añadido: todo lo demás es espectáculo.
Baltz entendió muy pronto que con los medios de comunicación había llegado una nueva era al mundo. Para el fotógrafo los medios de comunicación producen una hiperrealidad que hace que no sea posible distinguir entre los acontecimientos auténticos y los simulados. Obras fundamentales de esta etapa son Rule without exception, Generic Night Cities, Sites of Technology, Ronde de Nuit, Docile Bodies, The Deaths in Newport, End to End o Venezia Marguera.