El edificio, de 9.213 m², se organiza en tres volúmenes, que Batlleiroig Arquitectura conecta entre sí. Cuenta con cuatro plantas, y la planta baja se abre a un gran espacio dotado de un interesante ajardinamiento de calidad. La fachada es sencilla, de calidad y color, integrándose en el espacio respetando el arbolado existente.
Se respetan estrictos parámetros de sostenibilidad y ahorro energético; cuenta con una envolvente térmica, promueve la movilidad sostenible gracias a los espacios destinados para las bicis, patinetes, fáciles accesos y recorridos saludables... Todo ello ha dotado a la residencia Vita Student del certificado de construcción sostenible BREEAM y una alta calificación energética A.
Residencia Vita Student por Batlleiroig Arquitectura. Fotografía por Antonio Navarro Wijkmark.
Residencia Vita Student por Batlleiroig Arquitectura. Fotografía por Antonio Navarro Wijkmark.
Residencia Vita Student por Batlleiroig Arquitectura. Fotografía por Antonio Navarro Wijkmark.
Descripción del proyecto por Batlleiroig Arquitectura
La Residencia de Estudiantes Vita Student desarrollada por Vita Group y diseñada por Batlleiroig en el barrio de Pedralbes, en Barcelona, promueve una nueva forma de vivir, con unas habitaciones diseñadas y equipadas para disfrutar de total intimidad que se complementan de unos espacios comunes que fomentan la vida en comunidad.
El edificio de 9.213 m² y 274 habitaciones se organiza en tres volúmenes de cuatro plantas, conectados entre sí por la planta baja, lo que permite liberar un gran espacio de la parcela, respetando el arbolado existente y dotando al edificio de espacios exteriores de calidad y en contacto con la naturaleza.
La fachada se caracteriza por su sencillez, calidad y color, integrándose totalmente en el entorno ajardinado de la parcela. El edificio ha sido proyectado bajo estrictos parámetros de sostenibilidad y ahorro energético, con una envolvente térmica que reduce al mínimo su demanda de energía. En el edificio se promueve la movilidad sostenible con espacios destinados a bicis y patinetes y con escaleras abiertas y atractivas que conectan y promueven recorridos interiores saludables.
Residencia Vita Student por Batlleiroig Arquitectura. Fotografía por Antonio Navarro Wijkmark.
Un edificio que pone el bienestar y la salud de sus usuarios, la sostenibilidad, la calidad arquitectónica y el contacto con la naturaleza en el centro del diseño. Por todo ello, la residencia Vita Student obtiene el certificado de construcción sostenible BREEAM, así como una alta calificación energética A.
Una fachada sencilla y de calidad
Su diseño y modulación responden de forma directa a su programa, ajustándose a dos situaciones diferenciadas por su orientación y entorno. Por un lado, las fachadas norte y este se relacionan de forma directa con la calle, por lo que se ha diseñado una fachada más protegida que combina zonas opacas con otras huecas donde se ubican las balconeras de las habitaciones. Por otra parte, las fachadas sur y oeste son las más expuestas al sol y en contacto directo con el jardín; por ello se han planteado fachadas más ligeras con terrazas y vegetación que aportan protección solar y dotan a las habitaciones de espacios exteriores de calidad en contacto con la naturaleza.
Se ha diseñado una fachada ventilada con un acabado de cerámica extruida de color verde con una geometría en forma de greca que se enmarca con unas lamas de aluminio que enfatizan su modulación. Este acabado y su geometría generan un juego de sombras que varía durante el día, caracterizando la imagen del edificio y dando lugar a una envolvente térmica que contribuye a reducir la demanda energética del edificio.
Un proyecto sostenible que gestiona de forma responsable los recursos
La incorporación de una serie de medidas diseñadas bajo estrictos parámetros de sostenibilidad y la alta eficiencia de sus instalaciones reducen al mínimo las emisiones de CO², lo que supone que la residencia consuma un 85% menos que lo establecido por la normativa.
Residencia Vita Student por Batlleiroig Arquitectura. Fotografía por Antonio Navarro Wijkmark.
Se han incorporado fuentes renovables de producción de energía, como placas solares fotovoltaicas –con una producción anual de 42 MWh/año– así como placas solares térmicas para la producción de agua caliente sanitaria –cubriendo el 70% de la demanda del edificio–.
A su vez se ha optado por implementar una gestión responsable del agua, con la introducción de equipamientos eficientes, una vegetación autóctona de bajo requerimiento hídrico y reaprovechando el 100% de las aguas de lluvia. Las aguas de lluvia procedentes de las cubiertas del edificio se utilizan para el riego de todas las zonas verdes y las de la urbanización exterior se infiltran en el propio terreno. Con estas medidas reducimos al mínimo el consumo de agua y el vertido a la red de alcantarillado.