El Plan de usos de Ciutat Vella se diseñó como un instrumento para luchar contra el monocultivo, equilibrar los usos del distrito y garantizar la salud y el descanso de los vecinos y las vecinas. La propuesta se basó en la conciliación de las actividades económicas con la función residencial del distrito, y fue fruto de la colaboración entre los equipos municipales del distrito y la Gerencia de Urbanismo, el estudio barcelonés 300.000 Km/s y la cooperativa Raons Públiques.
Plan de usos Ciutat Vella por 300.000Km/s, (Mar Santamaría y Pablo Martínez)
Objetivos
Un plan que antepone la ciudad como bien común
El plan de usos de Ciutat Vella regula la implantación de las actividades de pública concurrencia, los comercios alimentarios y servicios turísticos en el distrito central de Barcelona. Este plan especial desarrolla un marco normativo establecido en 1992 y actualizado por la Directiva Europea de Servicios, cuya implantación motiva la actualización de las herramientas y estrategias urbanísticas utilizadas en los planes anteriores.
El plan utiliza punteros métodos de análisis espacial, basados en el uso de datos masivos (procedentes de la propia administración, de los portales de datos abiertos, de la creciente sensorización en los entornos urbanos y del Big Data) y su computación (a través de técnicas de machine learning e inteligencia artificial), y los combina con la participación ciudadana para dar forma a una normativa que tiene como objetivo asegurar la coexistencia entre la actividad económica y la calidad de vida de los ciudadanos.
El plan es fruto de un proceso de un año y medio de duración que se inicia con una diagnosis técnica y política, seguida por una fase de participación ciudadana en paralelo a la redacción que culmina en la aprobación inicial y, posteriormente definitiva, tras el período de alegaciones.
Contexto
Una regulación motivada por múltiples impactos en la calidad de vida de los residentes
El distrito de Ciutat Vella ha experimentado en los últimos años una sobrepresión turística (derivada del aumento de apartamentos p2p y de los vuelos low cost) que se ha traducido en un crecimiento de las actividades económicas destinadas al visitante (ocio y restauración), desplazando otras actividades menos lucrativas pero necesarias que debieran dar servicio a los residentes.
Esta intensa actividad económica conlleva una gran saturación del espacio público, que actualmente impide el descanso de los vecinos:. El ruido ha pasado de ser una molestia a convertirse en un grave problema de salud. Gracias a la infraestructura pública de sonómetros y en el marco de la diagnosis del plan, se ha modelado el impacto del ruido causado por las actividades, que hoy en día supera las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de la Unión Europea.
Estas mediciones han sido contrastadas por la Agencia de Salud Pública de Barcelona con la literatura científica y con entrevistas cualitativas a distintos grupos afectados, dando como resultado, una evidencia demostrada de la afectación grave del ruido en la salud de los habitantes del distrito.
Análisis
Una diagnosis basada en datos masivos y modelos predictivos
El análisis, basado en información masiva de gran resolución, ha permitido caracterizar el tejido urbano parcela a parcela y edificio a edificio desde un punto de vista morfológico, socioeconómico, demográfico y de la propia actividad económica.
Se han analizado datos catastrales y demográficos, licencias de actividades, consumos de tarjetas de crédito, precio del alquiler de los locales comerciales (portales inmobiliarios), denuncias de la Guardia Urbana, quejas ciudadanas en el canal de incidencias del Ayuntamiento, recorridos de residentes y visitantes a través de Redes Sociales y la red de wifi público, entre otros.
Estos datos han permitido construir un modelo numérico del distrito, que se ha utilizado para establecer correlaciones entre las actividades económicas y los principales impactos detectados (como son el ruido de las actividades nocturnas y la incidencia de personas en el espacio público) mediante el uso de técnicas de minería de datos y modelos predictivos basados en algoritmos.
Un plan con estrategias de regulación dinámica
El plan propone 5 innovaciones fundamentales: la zona única, la clasificación de las actividades económicas según rango horario, la doble densidad, la superficie útil y el concepto de vulnerabilidad residencial.
En primer lugar, se ha redefinido la idea de zonificación entendiendo que, en este ámbito único, la implantación de las actividades depende de la situación específica de cada punto del tejido urbano, existiendo tantas zonas como parcelas, acorde a la resolución detallada del análisis. También se han reclasificado los establecimientos en dos grandes grupos (alto y bajo impacto nocturno) según la incidencia que tienen las distintas actividades en el espacio público.
A diferencia de planes anteriores, basados en un cómputo por unidades, se han introducido varias condiciones de superficie (máxima y mínima) que tienen como objetivo asegurar el encaje de las actividades en un tejido de grano menudo.
Finalmente, el plan es atento a la vulnerabilidad residencial de ciertos ámbitos del distrito que resulta en unas condiciones de implantación más restrictivas.
Un plan simulable y evaluable gracias a la tecnología
Entre todos los parámetros de regulación propuestos por el plan, la doble densidad es la más relevante ya que establece un umbral de actividad máxima a partir de la cual se ve deteriorada a calidad de vida del distrito. En el primer radio, se evalúan las actividades de acuerdo a su tipología, sumando la superficie útil de los establecimientos de un mismo tipo. En el segundo, se tiene en cuenta la suma de los impactos generados por las actividades de mayor incidencia nocturna, estableciendo un límite máximo de superficie útil global.
Las condiciones propuestas permiten entender la regulación desde un punto de vista dinámico, ya que la posibilidad de implantación de los establecimientos dependerá de la saturación del tejido, situación que irá cambiando constantemente de acuerdo a la mayor demanda o disminución de actividad económica.
Es por ello, que el plan se dota de herramientas tecnológicas para la simulación de escenarios (siendo éstas clave para la decisión política y técnica), su aplicación por parte de los equipos técnicos y su evaluación continuada.
Participación
Un plan que investiga nuevas formas de colaboración entre agentes
El plan es fruto de un proceso de colaboración entre equipos técnicos interdisciplinares (arquitectos, urbanistas, abogados, geógrafos, especialistas en participación ciudadana, profesionales de la salud, etc) y la ciudadanía.
La diagnosis ha permitido realizar una escucha activa de la situación y las problemáticas actuales, gracias al uso de datos masivos y de información cualitativa.
La participación se ha dado en distintos momentos y a través de varios canales. Se han realizado entrevistas a los agentes más relevantes (ciudadanos, asociaciones, comerciantes, etc.) así como sesiones de participación abierta alrededor de las temáticas más relevantes del plan (ocio, cultura, restauración). El proyecto también ha sido pionero en la utilización de la plataforma digital de democracia participativa de Barcelona (decidim.barcelona), que ha permitido incluir participantes, recoger y valorar propuestas con el correspondiente retorno.
Durante la exposición pública, se han presentado 95 alegaciones que representan los intereses políticos, económicos y vecinales de la multiplicidad de agentes implicados en el proceso de redacción.
Los fallos de los premios de Arquitectura Española y Arquitectura Española Internacional se darán a conocer esta semana. La entrega de los reconocimientos, incluida la Medalla de Oro, se celebrará el 28 de noviembre en el Hipódromo de la Zarzuela.