Comprimido en la trama urbana de la ciudad el edificio se singulariza por una fachada cuya segundo plano a modo de velo, creado para generar privacidad y sombra se presenta a modo de brisolei articulado, generando una imagen nítida cuando está completamente cerrado y a la vez diversa cuando se abren o mueven sus diferentes piezas.
Descripción del proyecto por Mateo arquitectura
El edificio se relaciona con sus aledaños por medio de dos fachadas, cada una con su carácter propio, la fachada prin- cipal que da al Passatge y la fachada posterior que da al patio de manzana.
La fachada principal se define por medio de dos planos. Un segundo plano, alineado con el plano de fachada de los edificios colindantes, de Acero inoxidable y vidrio que busca dar la máxima iluminación a los apartamentos de las plantas superiores, al local comercial y a las zonas comunes del edificio que se apoya sobre tres brancales de hierro negro. En cambio el primer plano, que funciona como un velo, un filtro de privacidad entre la vía pública y los interiores, se formaliza por medio de brisoleil de madera. Esta estructura se separa 45 cm de la fachada y se articula por medio de 4 mecanismos diferenciados que convierten la fachada en un elemento dinámico que reinventa las “mallorquinas de madera” que caracterizan las aberturas de nuestros vecinos.
La fachada posterior, formalizada por medio de grandes aperturas de vidrio, dos balcones lineales y partes opacas da luz a las dos plantas de viviendas y al altillo del local comercial. El plano de vidrio, se transforma a medida que se abren las puertas correderas, estás se esconden tras los planos opacos convirtiendo el interior en exterior. Además, la fachada posterior se abre sobre la terraza situada en planta altillo a su vez, al final de la terraza un lucernario hace de junta con el edificio vecino al mismo tiempo que nos permite llevar luz natural a las plantas inferiores del local comercial.
Las zonas comunes del edificio se definen por medio de cuatro materiales principalmente al mismo tiempo que un plano inclinado sobre la entrada nos invita a ir hasta el fondo del acceso donde se encuentra el ascensor. Los materiales que conforman las zonas comunes son: uno metálico, el inoxidable que crea un final difuso del hall de acceso. El segundo, el vidrio que conforma una barandilla continua y la separación con el acceso a las zonas técnicas del edificio. Un tercer material de mármol blanco que se coloca a lo largo de la escalera común y en un paramento vertical y, por último, la madera que llena de calidez las zonas comunes y que acaba por envolver el rellano de acceso a los apartamentos.
Por su parte, cuatro apartamentos compactos (entre 40-50m2) se sitúan en las dos plantas superiores. Cada uno de ellos está dotado de un espacio exterior que permite extender los límites del apartamento. El interior, se imagina como un espacio continuo en el que las piezas se organizan alrededor de un estar continuo que va desde el acceso hasta la misma fachada.
Las terrazas y cubiertas se conciben como una extensión de los apartamentos en los que la vida crece desde el primer rayo de sol hasta el último, la envolvente de este edificio y el proyecto en sí se concibe como un interior que vive hacia el exterior llegando a transformar la lectura que tienen los viandantes como por ejemplo en el caso del velo de madera, que se abre, se cierra y se transforma en función de las personas que lo habitan.
En este video se aprecia la fachada principal como un velo que actúa como filtro entre la vía pública y el interior: