Cientos de figuras de arcilla se movían lenta y silenciosamente, aparentemente inexpugnable por las calles de Hamburgo. Representando a personas de todas las partes de la sociedad, expresando sus críticas a la cumbre del G-20 en una coreografía de dos horas, como un grito a más humanidad y auto-responsabilidad.
Envueltas en una costra de trajes de barro, con rostros excentos de expresión, las figuras se supone que representan una sociedad que perdió la fe en la solidaridad, en la que el individuo sólo lucha por su propio avance.
A lo largo del espectáculo se despojan de sus trajes grises y rompen simbólicamente de sus rígidas estructuras.
"Queremos recordar cómo la construcción de identidad, compasión y la sensación de comunidad son para la sociedad. Nuestra acción es otra señal más, de que muchas personas ya no quieren aceptar los efectos destructivos del capitalismo. Los que nos rescata en el final, no es nuestra cuenta, pero alguien quien nos tiende la mano ".
El colectivo logró movilizar a una amplia gama de la sociedad civil para la campaña: más de 1000 voluntarios participaron en el proceso y muchos de ellos participando por primera vez en una acción artística. Personas de más de 85 ciudades de toda Europa se inscribieron como artistas y ayudantes - El Crowdfunding atrajo más de 20.000 donaciones de euros.