El proyecto planteado por Ignacio Borrego hace que la intersección de las dos piezas genere el corazón de la vivienda, un espacio interior y exterior simultáneamente que abre y facilita una relación directa con la naturaleza. El resto de la organización configura las dependencias de una forma convencional, separando la zona de descanso de la zona pública que está abierta a los espacios exteriores, y dispone dos salas complementarias, una expuesta al paisaje y otra, aunque también conectada con el exterior mediante un gran ventanal, más resguardada que se ofrece más abrigada.
La materialización del proyecto pretende integrarse en el entorno donde destacan las cortezas de los pinos, oscuras y fisuradas que lo envuelven, y lo hace mediante el hormigón pigmentado en masa de color negro y su encofrado con listones de madera de diversas escuadrías. Esta solución, junto con la presencia de pavimento de madera de la terraza, busca que el conjunto que perciba con discreción tanto desde el entorno cercano como desde el embalse.
Casa Embarcadero by Ignacio Borrego. Fotografía por Imagen Subliminal.
Descripción del proyecto por Ignacio Borrego
Nos encontramos en el embalse de Entrepeñas, exactamente junto al límite superior de las eventuales crecidas. Atendiendo al deseo al que invita este lugar, un embarcadero de madera se extiende hacia el horizonte para alcanzar el agua.
En este pinar destaca una roca arenisca que acentúa la irregularidad del terreno y sugiere posarse sobre ella para disfrutar de las mejores vistas del entorno. Una simple construcción monolítica y robusta se asienta en equilibrio encaramada en un promontorio y cobija el programa residencial en una única planta.
Estas dos piezas, casa y embarcadero, de las mismas dimensiones de anchura (6 m) y longitud (27 m), se cruzan en el corazón de la vivienda que es a la vez espacio interior y espacio exterior según el clima lo permita. La terraza de madera comienza al nivel del suelo y a lo largo de su recorrido atravesamos la casa y comenzamos a sobrevolar el terreno que va descendiendo hasta que en el extremo opuesto aparecemos sobre las copas de los árboles. Se trata de un lugar liviano y expuesto en el que podemos dominar el bosque a gran altura.
Bajo la casa existe un espacio independiente con acceso desde el exterior, bajo el voladizo que forman los dormitorios en equilibrio desde la parte alta. Una estancia alternativa a la casa, una cueva en la que poder escapar del calor de las horas más extremas del verano aprovechando además la gran sombra que proporciona el voladizo de la casa. En este caso disfrutamos de la protección de la casa y sentimos su peso sobre nosotros.
Las dependencias de esta casa se organizan de forma convencional separando la zona de descanso de la zona pública que está abierta a los espacios exteriores. Se dispone de dos salas complementarias: una de ellas está completamente expuesta al paisaje atravesada por la gran terraza y puede abrirse completamente para convertirse en parte de ella; la otra sala, más resguardada, con chimenea y un gran ventanal al sur se ofrece más abrigada para el invierno.
La materialización de la casa, de hormigón pigmentado en masa en color negro y encofrado con listones de madera de diversas escuadrías que pretende integrarse en el entorno de las cortezas de los pinos, oscuras y fisuradas. Estos listones fueron posteriormente reutilizados para construir una casa para niños en un árbol.
La presencia del pavimento de madera de la terraza se aproxima al tono rojizo del terreno arcilloso.
Los materiales buscan que el conjunto se perciba con discreción tanto desde el entorno cercano como desde el embalse.
El sencillo cruce de casa y embarcadero, ofrece una gran diversidad de espacios exteriores gracias a las variaciones de la topografía. Sombra o sol, vistas o intimidad, resguardo o exposición, mediodía o norte se pueden escoger alrededor de la casa según la época del año, el clima y las horas del día.
La ilusión de alcanzar el agua se satisface gracias a la alberca que se ubica bajo el embarcadero y se conforma contra la peña. De esta manera se puede saltar al agua tanto desde el pantalán como desde la propia roca.