La casa tiene tres volúmenes dispuestos para parecerse a una forma de Y, los arquitectos han usado árboles caídos y muertos encontrados alrededor de esta casa para imprimir su superficie exterior de hormigón, que está pintada de negro para ayudar a camuflarla entre el bosque.
La relación con el entorno presta especial atención a la naturaleza frondosa, y su forma da respuesta a las diferentes vistas del paisaje desde el interior. Esta casa de vacaciones con un solo nivel en una pequeña pendiente, fue diseñada con tres largos "brazos". Estos elementos albergan dormitorios en diferentes tipologías, mientras que el punto central de la estructura, el punto donde todos se unen, se convierte en el espacio principal de la vivienda, que comprende una sala de estar y comedor de planta abierta, y una cocina.
Descripción del proyecto por Eduardo Cadaval & Clara Solà-Morales
El paisaje que rodea la casa es un lugar único, donde todos y cada uno de sus rincones pueden ser celebrados. El proyecto opta por una estrategia doble: construir unos miradores hacia tres puntos concretos y distantes entre sí, a la vez que se construye un lugar central, nodal, resguadado pero abierto al exterior, y que tiene una exposición total a los diferentes ambientes que la propia arquitectura delimita.
La estrategia arquitectónica se desarrolla también a través de la materialidad del proyecto: por un lado con decisiones que tienen que ver con mantenimiento , estructura y compor- tamiento térmico; y por el otro, por decisiones matéricas que resultan al plantearse el peso visual que la arquitectura debe tener en paisajes tan recónditos como el que ocupamos.
El hormigón será sin duda un punto de partida, por su alto rendimiento estructural frente a una topografía cambiante en uno de los costados de la casa; es además indiscutible su buen comportamiento a lo largo de los años, y su baja necesidad de mantenimiento. La masa tér- mica del material es positiva debido a los saltos térmicos en la zona; y la incorporación de grandes vanos de ventanas cruzadas permiten generar puntualmente ventilaciones cruzadas que otorgan al proyecto un alto confort térmico a lo largo de los diferentes momentos del día, al igual que a lo largo del año.
Sin embargo, el ingrediente diferencial del proyecto de CDLR es la apuesta por la reuti- lización de la grandísima cantidad de madera conseguida de arboles caídos o muertos en toda la zona, y conseguidos gracias a las labores de acondicionamiento de los terrenos aledaños de donde se sitúa la casa; se plantea entonces que el forjado superior de la casa, el que define el techo de todos los espacios habitables, tanto interiores como exteriores, será construido con esa madera, y que esa madera será el elemento estructural ese firme. Entre dichas vigas se coloca una pieza cerámica a modo de encofrado perdido, que contendrá el mínimo firme de hormigón superior, que consolida el plano de la cubierta. Aparece de esta manera un material de gran personalidad, que construye un plano único, con la madera es- tableciendo un ritmo muy enfático y direccional que ordenará el proyecto, a la vez que define un módulo básico de trabajo para la definición de los espacios.
La casa está pintada de negro. Es pintura (y no tinte), pues es a su vez, una capa más de protección del material que configura la casa; es pintura, porque la casa está muy expuesta a las inclemencias del tiempo, y el tinte tiende a perder sus cualidades con el paso de los años; y es negra, respondiendo a la voluntad de mimetizarse con el paisaje, el buscar un cierto anonimato frente a la vegetación y vistas exuberantes.