Bunga inició su carrera vinculado a la pintura, aunque pronto amplió sus intereses hacia otras disciplinas artísticas que le permitían cuestionar la arquitectura como lenguaje del poder, y otras inercias arraigadas a ella, como el orden o la solidez, prescindiendo voluntariamente de los materiales tradicionales y apostando por la precariedad de unas estructuras compuestas tan solo por planchas de cartón y cinta adhesiva.
«Contra la extravagancia del deseo» continúa esta línea de investigaciones: el entorno cambiante que circunda el Palacio que acoge la muestra, así como el contexto en el que fue originariamente construido, componen algunas de las claves de este nuevo trabajo.
Bunga redimensiona la percepción del espectador que pasa de ser un mero observador a integrarse en la obra y transformarla. La estructura de cartón con la que se realiza la instalación dialoga con el edificio de hierro y cristal que lo acoge, dando lugar a un entorno híbrido.
En esta intervención Carlos Bunga hace públicas historias fuera del foco -al igual que en su reciente proyecto Home (2022) para la Fundação Calouste Gulbenkian-, pero además difumina el límite entre interior y exterior, haciendo al edificio partícipe del medio exterior, de un ciclo natural en continuo devenir que lo define y condiciona. Asimismo, la naturaleza reivindica su espacio en la construcción de cartón y se abre paso a través de la hojarasca de la pintura.
«Contra la extravagancia del deseo» continúa esta línea de investigaciones: el entorno cambiante que circunda el Palacio que acoge la muestra, así como el contexto en el que fue originariamente construido, componen algunas de las claves de este nuevo trabajo.
Bunga redimensiona la percepción del espectador que pasa de ser un mero observador a integrarse en la obra y transformarla. La estructura de cartón con la que se realiza la instalación dialoga con el edificio de hierro y cristal que lo acoge, dando lugar a un entorno híbrido.
En esta intervención Carlos Bunga hace públicas historias fuera del foco -al igual que en su reciente proyecto Home (2022) para la Fundação Calouste Gulbenkian-, pero además difumina el límite entre interior y exterior, haciendo al edificio partícipe del medio exterior, de un ciclo natural en continuo devenir que lo define y condiciona. Asimismo, la naturaleza reivindica su espacio en la construcción de cartón y se abre paso a través de la hojarasca de la pintura.
«"Contra la extravagancia del deseo" es una actitud de resistencia por todo aquello material que nos rodea y aleja cada vez más de la esencia espiritual que debería imperar en nuestras vidas. Este proyecto es una invitación a pensar conmigo otros modos de ser, estar y habitar en medio de la dualidad en que vivimos».
Carlos Bunga
En la instalación se citan la majestuosidad de los elementos que componen el edificio ubicado en el Parque del Retiro, y la precariedad del cartón empleado por el artista para la construcción de su obra. El Palacio de Cristal fue construido por Ricardo Velázquez Bosco en 1887 como parte del complejo de construcciones erigido con motivo de la Exposición General de las Islas Filipinas de ese mismo año.
Este invernadero estaba destinado a albergar los ejemplares botánicos del archipiélago filipino, pero la mayoría de estos no sobrevivieron a la larga travesía marítima, obligando a improvisar nuevos contenidos que justificaran la creación del edificio: una innovadora arquitectura de hierro y cristal, elaborada gracias a los avances técnicos y a la disponibilidad de los nuevos materiales logrados a partir de la imparable industrialización de finales del siglo XIX. Los proyectos como este fueron todo un alarde constructivo que inauguró Joseph Paxton en el invernadero de Chatsworth (1837-1840), y posteriormente en el Crystal Palace con motivo de la Exposición Universal de Londres de 1851.
Entre otras ventajas, este sistema con elementos prefabricados permitía alzar y desmontar el edificio muy ágilmente, cumpliendo con la naturaleza efímera de las exposiciones universales tan en boga en aquellas fechas. De la misma manera, Carlos Bunga ha construido su arquitectura interior efímera contando con las condiciones climáticas y de conservación tan particulares del Palacio, que pueden afectar a la propia instalación y que será desmontada cuando finalice su exhibición, al igual que sucedía con los pabellones de los eventos mencionados anteriormente.