El aspecto frugal pero romántico del espacio para la feria de Le Cercle (Asociación de Editores de Libros Independientes de Ginebra) propuesto por BUREAU A se basa en una aparente fragilidad que hace casi virtual el soporte de los materiales expuestos, dejando así que la atención del visitante caiga en los objetos en muestra. Éste resulta un excelente objeto de cómo con escasos materiales es posible moldear un espacio rico en matices y en variedad de uso (exposición de libros, paseo, zona de estar…)
Descripción del proyecto por BUREAU A
Una posible definición de círculo es el conjunto de todos los puntos de un plano que están a la misma distancia de un punto dado. El círculo, por lo tanto, no es sólo una figura, sino que puede ser considerado como un conjunto de puntos que experimentan las mismas condiciones espaciales y geométricas. Si dejamos de lado la equidistancia de los puntos con el centro, la definición del círculo se corresponde bastante bien a la de Le Cercle, la asociación de editores de libros independientes de Ginebra. Este número de editores que comparten valores comunes y, una vez al año, un espacio en la feria del libro local donde debaten en público sobre cuestiones culturales.
El espacio está contenido por cortinas de papel blanco, lo que crea una atmósfera luminosa y permite que las portadas de los libros se conviertan en la pieza principal del evento. El blanco es el apoyo, donde las historias, las polémicas, los viajes o la vida contenida en los libros puede surgir y empezar a conversar con un público, a veces amplio, íntimo en otras ocasiones. Dentro de este entorno más bien abstracto, la figura reconocible del kiosco aparece casi como un objeto nostálgico y de otro tiempo. Su presencia evanescente lo convierte en un fantasma del pasado. Al mismo tiempo, la fugacidad de su silueta de líneas blancas lo convierte en cuasi virtual.
Toda la instalación y los muebles diseñados para la misma siguen esta misma lógica. Mesas, sillas, cabinas, mostradores, letreros luminosos, todos ellos se mantienen con aspecto frágil, dejando espacio para los objetos tangibles y libros. Son sus caras, con su variedad de colores y formas, las que hablan a un público amplio y curioso. Mientras que el soporte es abstracto y neutro, el contenido es muy variado y colorido. El conjunto de los quioscos se encuentra en medio de una plaza abierta donde se puede disfrutar del ruido, la multitud, o una cerveza. Este espacio público estereotipado asume su papel necesario: permite curiosear sin un propósito específico.
100% diseñado por BUREAU A y hecho a mano por herreros portugueses y fabricantes de tubos de neón italianos, Le Cercle representa una actitud concreta sobre la construcción y el diseño. A pesar de la fragilidad de su apariencia, es una fuerte declaración sobre el oficio.