La preocupación por las condiciones de sostenibilidad en las que se realiza la arquitectura son una constante en este estudio barcelonés. El estudio tiene un amplio abanico de propuestas de gran escala donde se dispone de un presupuesto mayor, desde oficinas, call-centers, viviendas sociales o escuelas y donde podría parecer que la sostenibilidad es más fácil de aplicar. Sus viviendas individuales no renuncian a los mismos criterios y prueba de ello es el proyecto de Pomaret que presentamos a continuación.
Descripción del proyecto por los arquitectos.
Se trata de un conjunto de viviendas pareadas ubicadas en el límite de la ciudad de Barcelona, lindando el espacio natural de Collserola.
Tres retos vertebran la propuesta; por un lado la necesidad de dialogar formalmente con una vivienda existente, por otro su integración con el espacio verde colindante y por último la posibilidad de incorporar sistemas pasivos y activos que avancen en el compromiso de la edificación con la sostenibilidad medio ambiental.
La edificación se organiza en tres plantas, una planta sótano de aparcamiento, instalaciones y almacén, una planta baja en donde se distribuye la zona de día y una planta alta de dormitorios y estudio; la adaptación progresiva a la topografía permite una estrecha relación de cada planta con el espacio exterior.
La mayor presencia de las viviendas desde la calle son cuatro volúmenes, cuatro módulos, autónomos, industrializados. Una única cubierta ajardinada recoge la volumetría de los módulos. Son estos módulos los que generan y delimitan el espacio interior y exterior de la vivienda, aportando una complejidad volumétrica y espacial así como proporcionado visuales muy diversas, tanto des del exterior como des del interior.
La propuesta se concibe desde la integración de sistemas industriales ensamblados, en donde predominan los materiales cerámicos de gran formato, con continuidad desde la envolvente hacia el interior de la vivienda. Una única pieza cerámica, con diversas texturas y colocadas según necesidades forran los cuatro módulos, que identifican la vivienda; en los paramentos verticales opacos la cerámica se coloca como fachada ventilada, permitiendo un buen comportamiento bioclimático hacia el interior; frente a las aberturas se transforman en profundas celosías que evitan el exceso de radiación y aportan una componente tecnológica y de innovación al conjunto; la cerámica se utiliza, también como recubrimiento horizontal de los módulos, son las mismas piezas cerámicas, perforadas las que dan al interior nuevas texturas y le proporcionan un buen comportamiento acústico. Así pues existe un protagonismo de la cerámica, tanto hacia el exterior como hacia el interior de la vivienda.
Toda la edificación ha partido de criterios medio ambientales y de sostenibilidad, priorizando el comportamiento pasivo, que permita una reducción del impacto ambiental y la demanda energética.
Se priorizan las ventilaciones cruzadas naturales, en este sentido, los espacios interiores están proyectados para facilitar las ventilaciones cruzadas entre plantas. Se ha introducido un sistema activo de ventilación natural, a través de unos pozos canadienses enterrados en planta sótano por los que circula el aire y permite un intercambio de calor entre el aire que circula y la tierra que lo rodea, este aire, más fresco en verano que el aire exterior y más caliente en invierno, es impulsado hacia el interior de la vivienda, aportando un confort y reduciendo el consumo de energía convencional.
Las partes macizas de los diferentes cerramientos verticales exteriores se componen de un sistema integral e industrializado compuesto por unos grandes paramentos que integran un aislamiento de lana de roca e incorporan todos los perfiles que sustentan tanto los tabiques interiores como la fachada ventilada cerámica.
La carpintería se compone de grandes vidrios dobles con perfilería y paramentos interiores de madera; es la madera, la que evita todos los puentes térmicos de la carpintería.
La vegetación se integra a la arquitectura y es elemento indispensable en el buen comportamiento climático de la vivienda, actúa como elemento que proporciona inercia térmica, así como es protector solar y espacio exterior que proporciona un microclima en el entorno de la vivienda.
El agua es también un recurso que se tiene en consideración en el proyecto, se almacena el agua de lluvia en cubierta, se tratan las aguas grises y se utilizan ambas para el riego y otros usos permitidos.
La calefacción de la vivienda es por suelo radiante, apoyado por una caldera de alta eficiencia y placas solares térmicas.
La vivienda tiene un control remoto que permite informar al usuario sobre el buen uso de la energía, así como sobre los rangos de confort más adecuados.
Por último y des del interés y el protagonismo de la cerámica en el proyecto, colocada en seco, como un gran paramento cosido y depositado en obra. El gran zócalo cerámico permite dejar crecer la vegetación a través de él y dar continuidad al entorno urbano existente.
CRÉDITOS.-
Arquitectos.- PICHARCHITECTS. Felipe Pich-Aguilera y Teresa Batlle, arquitectos.
Jefes de grupo.- Pau Casaldáliga y Angel Sendarrubias.
Jefe de proyecto.- Ute Müncheberg.
Especialistas.- GPCAT, mediciones, presupuestos.
Gestión de obra.- Josep Selga, biólogo.
Industrias.- Cerámicas LCM y Cerámicas Piera (Flexbrick), aislamiento Rockwool, carpintería Frapont, materiales urbanos Breinco, instalaciones Damisa, Jardinería Oliveras.
Superficie de obra.- 350 m²
Coste obra (PEM).- 700 €/m²