Memoria del proyecto Casa Nido y Cueva por Idis Turato
El interior de la Riviera de Opatija, en Croacia, está salpicada de villas (construidas a lo largo de siglo y medio). La parte superior y fachadas no revelan nada pero si vamos más allá podemos imaginar su amplitud. Su escala y la relación con la bahía son totalmente condicionadas por la pendiente frente al mar (tal vez, la tensión que surge de imaginar algo oculto es lo que da a la estructura espacial del interior de Opatija su atractivo).
Aunque la casa Nido y Cueva recuerda tipológica y morfológicamente el espacio circundante en su conjunto, desarrolla su lado "oculto" a través de la dialéctica de la dominación sobre y subordinadamente al paisaje. Así, la casa y el lugar no se estructuran únicamente por la ladera sobre la que se construyen (como ocurre con la mayoría de las villas de Opatija). En lugar de eso, se construye activamente el paisaje y se entrelaza con él la planta baja (como paisaje) y sobre ella se coloca un Objeto que se desplaza en voladizo. Por tanto, la casa consiste de un bunker de hormigón (la zona para dormir) sobre el que se coloca una estructura espacial formada por una reticula de acero que se proyecta con un voladizo de 17 metros de largo. A pesar de que se está construyendo con un reducido número de funciones, con sólo dos elementos estructurales y con su aparente división entre la zona de dormir y la sala de estar, la casa crea una experiencia maravillosa, siempre cambiante con espacios intermedios. Esto se consigue mediante un sencillo desplazamiento del segmento superior en relación con la zona inferior y por su inserción en la parcela.
El desplazamiento de la parte superior y su gran voladizo expresan, alternando lo oculto y la sombra con la apertura y la hospitalidad, la quintaesencia de una casa mediterránea: la batalla del sol y la sombra. La casa Nido y Cueva se convierte en una reinterpretación de su patrimonio mediante una forma completa a través de la proyección del Objeto (la sombra) y abriéndose al vacío en el cuerpo (el paisaje). El voladizo deja tras de sí una sombra que (dependiendo del momento del día) da volumen a la zona vividera ("el corazón de la casa", como el autor lo llama) y, alternando la intersección de sus ejes (tanto como lo permitan los rayos de sol), se desplaza constantemente creando otra nueva zona íntima de la casa. A través de su posicionamiento de espaldas a la carretera y a las estructuras circundantes y mediante una cuidadosa elaboración de las directrices, que marca el paisaje circundante, condicionan la profundidad del interior, la forma visual (y estática) la forma dominada por el color blanco (el aluminio que cubre la retícula de acero) invitando a que la bahía de Kvarner penetre en el interior.
Idis Turato, el arquitecto, se enfrenta a un paisaje contundente, e intenta explicar la razón de ser subyacente, que en palabras de Buckminster Fuller sería: "(...) La cuestión principal es cómo controlar el espacio acotado; y consecuentemente cómo desarrollar el control selectivo del espacio acotado (...) "Cómo capturar simultáneamente amplitud y permitir intimidad, mientras continuamente te encuentras frente a impresionantes vistas sin obstáculos?
El objeto domina sobre el paisaje, mientras que el paisaje crea la interioridad del objeto - un intercambio continuo entre el marco y lo que se enmarca, la casa al límite, en el borde. Su estricta geometría y los atributos escultóricos (controlados por el arquitecto) necesitan sentar las bases de una narrativa futura (sus alteraciones en función del punto de vista). También mantienen relaciones espaciales, tan sólo con la precisión suficiente para garantizar la posibilidad de un evento imprevisto (como la linealidad de la libertad acentuada).
La vista de la casa y las vistas desde la casa están en un enfrentamiento constante de inclusión y exclusión. Bajo el nido la cueva lo que nos da la oportunidad de observar la relación entre el paisaje escultórico y la casa (The Other Place). Por otra parte, al estar dentro de ella, nos convertimos en testigos beneficiados de la belleza subliminal conseguida por la cuidadosa planificación de los enmarques del paisaje, donde perspectivas y ángulos separan los "recursos iniciales del producto final". El control sobre el encuadre espacial permite un "apasionado pensamiento de incertidumbres", independientemente de si somos los observadores o los usuarios y de la que la historia que estamos contando.
Una vuelta de tuerca más a la tipología de vivienda unifamiliar mediterránea. Con una base nítida, en contacto directo con la tierra y marcando su vínculo con el suelo, al incrustarse en las montañas que rodean la Riviera de Opatija, Croacia.
Este primer volumen tiene la fachada forrada con placas de granito marcadas con los barrenos de corte. La segunda planta se desarrolla con una estructura metálica en voladizo. Un gran voladizo que determina la imagen de esta casa-nido-cueva que mira hacia la playa, y que a sus habitantes les debe dar la sensación de que realmente están volando sobre ella. Una pieza sin concesiones, nítida, limpia y contundente.
Este primer volumen tiene la fachada forrada con placas de granito marcadas con los barrenos de corte. La segunda planta se desarrolla con una estructura metálica en voladizo. Un gran voladizo que determina la imagen de esta casa-nido-cueva que mira hacia la playa, y que a sus habitantes les debe dar la sensación de que realmente están volando sobre ella. Una pieza sin concesiones, nítida, limpia y contundente.
Más información
Publicado en:
4 de Diciembre de 2012
Cita: "Casa Nido y Cueva por Idis Turato" METALOCUS.
Accedido el
<http://www.metalocus.es/es/noticias/casa-nido-y-cueva-por-idis-turato>
ISSN 1139-6415
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