La Galería Guillermo de Osma inaugura la temporada con la exposición “Biomorfismo. 1920-1950”, donde se expondrán en torno a 60 obras entre óleos, dibujos, fotografías y esculturas. Es la primera vez que se organiza una exposición con la ambición de analizar y mostrar este fenómeno artístico.
La muestra ha sido concebida por Guitemie Maldonado para las galerías Le Minotaure y Alain le Gaillard de París. Historiadora y profesora de la Universidad de París, Maldonado es la autora del libro “Le Cercle et l’amibe. Le biomorphisme dans l’art des années 1930” (París, 2006). La muestra de Madrid retoma esa idea, incorporando muchas novedades entre las que destaca la aportación del arte español.
El biomorfismo se caracteriza por el uso recurrente de un tipo de formas plásticas sencillas e irregulares que evocan el mundo orgánico o biológico: neuronas, amebas, células, constelaciones… Son generalmente curvilíneas y suscitan una impresión de movimiento, evolución o transformación. Las formas resultan familiares a la vez que intrigantes, situadas en la zona fronteriza entre la figuración y la abstracción.
Se trata de una corriente bastante desconocida pero muy presente en el arte de la vanguardia internacional. No existió nunca como un movimiento artístico como tal; fue más bien una corriente plástica que marcó a un gran grupo de artistas de diferente índole y procedencia que entre 1920 y 1950 evolucionaron desde sus posiciones anteriores y produjeron obras con grandes coincidencias estéticas, que nos hacen plantearnos esta producción como un fenómeno novedoso e individualizado de gran interés.
La muestra ha sido concebida por Guitemie Maldonado para las galerías Le Minotaure y Alain le Gaillard de París. Historiadora y profesora de la Universidad de París, Maldonado es la autora del libro “Le Cercle et l’amibe. Le biomorphisme dans l’art des années 1930” (París, 2006). La muestra de Madrid retoma esa idea, incorporando muchas novedades entre las que destaca la aportación del arte español.
El biomorfismo se caracteriza por el uso recurrente de un tipo de formas plásticas sencillas e irregulares que evocan el mundo orgánico o biológico: neuronas, amebas, células, constelaciones… Son generalmente curvilíneas y suscitan una impresión de movimiento, evolución o transformación. Las formas resultan familiares a la vez que intrigantes, situadas en la zona fronteriza entre la figuración y la abstracción.
Se trata de una corriente bastante desconocida pero muy presente en el arte de la vanguardia internacional. No existió nunca como un movimiento artístico como tal; fue más bien una corriente plástica que marcó a un gran grupo de artistas de diferente índole y procedencia que entre 1920 y 1950 evolucionaron desde sus posiciones anteriores y produjeron obras con grandes coincidencias estéticas, que nos hacen plantearnos esta producción como un fenómeno novedoso e individualizado de gran interés.
La presente exposición estará compuesta por obras de artistas de procedencia cubista (Picasso, Fernand Lèger y Georges Valmier), dadaísta (Hans Arp y Francis Picabia), vinculados a la Bauhaus, (Laszlo Moholy-Nagy y Vassily Kandisnky), surrealistas (Hans Bellmer, Joan Miró, Óscar Domínguez, Victor Brauner, Arshile Gorky, Roberto Matta, Remedios Varo), constructivistas (Torres-García, Luis Castellanos, Auguste Herbin, Jean Helion, Cesar Domela, Leon Tutunjian, Luis Fernández, Étienne Béothy, Robert Michel y Ella Bergmann-Michel) y un gran grupo de creadores de carácter más independiente (Le Corbusier, Julio González, Alfred Reth, Serge Charchoune, Willi Baumeister, Germán Cueto). La muestra se completa con un conjunto de obras realizadas por artistas españoles (Palencia, Moreno Villa, Ángel Ferrant, Maruja Mallo, Lekuona, Gabriel Celaya, Alfonso Olivares, Togores, Alemany), muchos de ellos relacionados con la Escuela de Vallecas, su vinculación telúrica y el arte prehistórico e íbero. Para terminar, se expondrán obras de artistas más jóvenes (Antonio Saura y Mathias Goeritz –fundador de la Escuela de Altamira–), que constatan que esta corriente fue una fuente de inspiración importante para las futuras generaciones, llegando a ser fundamental para el nacimiento del expresionismo abstracto y el informalismo.